Profesionales distinguidos por sus aportes

Profesionales distinguidos por sus aportes

POR MARÍA MERCEDES
Sus vidas, desde hace muchos años están unidas por el amor que cada uno le tiene a sus profesiones: la ingeniería y la arquitectura.

Por sus múltiples ocupaciones, reunirlos fue una labor hasta cierto punto titánica, pero muy provechosa, porque conocer su trayectoria nos confima que son merecedores del reconocimiento que les entregará la Cámara Dominicana de la Construcción (Cadocon), por sus labores desarrolladas en el transcurso de sus carreras y por sus extraordinarios aportes a la Industria de la Construcción.

Para realizar la entrevista, la cita fue pautada para las 1l:00 de la mañana, y a ella asistieron el arquitecto e ingeniero Rafael Tomás Hernández, el ingeniero Víctor Pizano, y el empresario Anthony Haché.

Además de ellos serán distinguidos los ingenieros Rafael Corominas Pepín y Rafael Calventi, quien no podrá estar presente porque cumple con sus funciones como embajador dominicano en Argentina. Él estará representado por su hija Amalia Calventi Cuello. También en el acto reconocerán de manera póstuma al arquitecto Pablo Mella Morales.

Haciendo honor a su lema: «La República Dominicana debe ser construida por los dominicanos», la distinción les será entregada por Diego de Moya Canaán, presidente de Cadocon, mañana miércoles a las 7:30 p. m., en el salón La Mancha del Hotel Lina.

GRAN URBANISTA

Rafael Tomás Hernández inició la conversación diciendo que se siente honrado y agradecido de que la Cámara Dominicana de la Construcción le entregue un reconocimiento junto a ese grupo tan importante de profesionales vinculados con esa área.

Al referirse a su trayectoria expresó: «Yo he trabajado en un campo de la ingeniería y la arquitectura que tiene más cercanía a las vertientes sociales y medioambientales, he participado en la reconstrucción de barrios marginados, en la renovación urbana y en el establecimiento de las zonas verdes como el Parque Mirador del Norte y del Sur».

«Cuando nos toca hablar sobre este tema, sentimos que dos emociones se alojan en nuestros corazones, primero la alegría de haber hecho cosas positivas, que están ahí y que son logros importantes, pero al mismo tiempo siente uno la pena de que el crecimiento de la ciudad ha sido tan explosivo que esos logros se minimizan frente a un drama de marginalidad y deficiencias en los servicios. De todas maneras, este encuentro no es de lamentaciones sino de alegrías y de agradecimiento porque nos están reconociendo nuestra labor profesional», significó.

«Cuando pienso en actos como en el que nos van a homenajear, siento mucha gratitud hacia Dios, porque yo no tuve conflictos a la hora de elegir mi carrera. He sido consejero vocacional en varios colegios y te encuentras con la situación de que los jóvenes en cuarto de bachillerato no saben qué carrera estudiar, y pienso que es dramática la situación, sobre todo ahora que hay tantas opciones».

Rafael Tomás Hernández, quien nació en Tamboril hace 72 años, indicó que para contrarrestar el problema ambiental es necesario tomar conciencia sobre la importancia de las áreas verdes. «En la medida en que sean difundidas las ideas medioambientales habrá respeto y también la posibilidad de preservar lo que ya tenemos».

Afirmó que a pesar de la pérdida de esos espacios, aún quedan los Parques Mirador del Norte y del Sur. «El Centro Olímpico, con todas sus instalaciones deportivas tiene una gran densidad arbolizada, sin embargo las plazas antiguas de la Zona Colonial, están prácticamente borradas, es decir, que no están revitalizadas. ¿Cómo se puede conseguir eso? A esta pregunta respondió: «Concienciar a la gente, porque el crecimiento de la ciudad ha convertido en pequeño estos espacios».

¿Es qué no nos enseñaron a valorizar los puntos ecológicos? «Yo entiendo que se está revalorizando la gestión de Balaguer, porque el tiempo ha pasado y muchas de las cosas que le criticaron han tenido un buen funcionamiento. Aquí, hasta el año 1960 el concepto de parque estaba reducido a las Plazas Coloniales.

«Cuando Balaguer me llamó por primera vez en 1961 para construir el Estadio Olímpico, mi respuesta fue: Usted llamó al ingeniero menos indicado. Él me dice ¿por qué? Pues el parque más grande que yo había visto hasta 1960, con seis años de graduado, era el parque Independencia de Santo Domingo y el Duarte de Santiago, después estaba el Parque Colón y Duarte de aquí, que corresponden a la idea de plazas coloniales, por eso una vez escribí de la Plaza Colonial a los Parques Miradores».

Agregó: «Entonces tú cambias ese concepto de construcción que imperaba en el país y lo cambias al Parque Mirador del Norte con cuatro millones de metros cuadrados, parte del cinturón verde, que se ha mantenido con más de 10 años de inaugurado, son esfuerzos que aparentemente no se ven, pero que están ahí, sin embargo tú miras para otro lado y sigue la arrabalización».

El concepto de la ecología y la conservación en el mundo, tiene alrededor de 30 años en vigencia, porque hasta ese entonces talar un árbol no tenía ninguna repercusión, dijo Víctor Pizano, quien exhortó a los ingenieros a tomar en cuenta las áreas verdes cuando hagan sus proyectos.

Rafael Tomás Hernández hizo también el empalme de la avenida 27 de Febrero con las Américas y rescató el hoyo de Chulín, ahora Puerto Isabela.

ALMA DE CONSTRUCTOR

Víctor Pizano, santiaguero de nacimiento. En esa provincia cibaeña creció y estudió hasta la normal, luego se trasladó a Santo Domingo, donde cursó la carrera de ingeniería.

«En mi época, las cosas estaban más definidas, uno quería ser médico, abogado, ingeniero y después arquitecto. Las carreras estaban muy claras y habían profesionales muy distinguidos que se veían como arquetipos para quienes veníamos detrás, siempre tratabamos de imitarlos en los estudios y en el ejercicio de la profesión».

Confesó que a él le gustó la ingeniería por varios motivos y que se inclinó por la construcción, además de que tuvo la suerte de participar muy temprano en grandes obras i, pues trabajó con la compañía americana que construyó el puente colgante en Santiago, y realizó un postgrado en estructura en una universidad estadounidense.

Cabe destacar que su vida la ha dedicado al diseño y construcción de estructuras, «eso ha sido lo mío y creo que tuve ejemplos de cómo se ejerce una profesión con dedicación y seriedad».

Dijo que en algunos aspectos del área de la construcción el país está muy bien, y en otros impera el desorden. «En términos tecnológicos no estamos atrasados, pero si lo estamos en cuanto al orden de las cosas, tal como decía Rafael Tomás Hernández, el crecimiento ha sido tan rápido que la sociedad no ha tenido tiempo de organizarse y entonces las cosas no se hacen de la mejor manera, a veces de forma desordenada, caótica y hasta peligrosa. Por eso se construyen casas que en una catástrofe como los ciclones y los terremotos a los que estamos expuestos se varán muchas desgracias, esto así porque no se exigen las reglas que requieren ese tipo de construcción, pero también se están haciendo muchas edificaciones buenas con tecnologías muy avanzadas.

¿Se puede poner como ejemplo el sismo que ocurrió en Puerto Plata y Santiago en septiembre de 2003? «Ese fue un terremotico, hubo muy pocos colapsos y fallas, ese no es el terremoto que se está esperando en el país».

«Lo qué sucede con esto es que los terremotos no se pueden predecir, no obstante se ha informado mucho que la isla está en una zona muy sísmica, justo al borde de la placa del Caribe y de Norteamérica, que se desplazan una con relación a otra, provocando movimientos sísmicos, y que hay un tranque entre las dos placas porque hace muchos años que no sueltan energía y cuando eso se produzca hay muchas posibilidades de que haya un terremoto de gran magnitud».

UN GRAN ALIADO DE LOS INGENIEROS

Anthony Haché, quien nació en Santiago de los Caballeros, estuvo inscrito en tres oportunidades en la carrera de Ingeniería Civil, la que no pudo realizar porque su padre Antonio P. Haché Sued le exhortó que tenía que dedicarse al negocio familiar.

Aunque no con mucho agrado aceptó complacer a su padre, y empezó a ayudarlo en el negocio que al principio era mixto. Él se dedicaba a vender bacalao, arenque y también materiales de construcción. El expendio de estos artículos le hizo tener un acercamiento con la profesión que siempre quiso ejercer.

«Yo tenía contacto con muchos ingenieros. Muchas de las cosas que se hacían en la empresa eran porque yo me veía como los ingenieros, que eran mis clientes, a quienes siempre he ayudado», afirmó con gran melancolía.

Aseguró que de su padre siempre recuerda que las cosas se deben hacer correctamente «y hemos tenido la fuerza de voluntad de transitar por el camino legal, por eso nuestra empresa está totalmente limpia, además de que siempre tenemos presente que nuestra razón de existir son los clientes».

Esta empresa a la que hace referencia es Antonio P. Haché & Co., de la que es presidente desde 1960. También desempeña cargos de dirección en importantes empresas dominicanas, con las que contribuyó promoviéndolas desde sus inicios, entre ellas: Acero en General, S.A., Productos Diversos, S.A. y Electrodos en General, S.A. hoy Acerotec Industrial, Sanitarios Dominicanos, C por A., Cerámica del Caribe, S.A., ahora Sadosa Standard; BII Dominicana y Telas de Francia, S.A.

En 1972, junto a otros importantes empresarios del país, fundó el primer banco hipotecario de República Dominicana, que más tarde dio origen al Banco BHD y posteriormente al Grupo BHD, compuesto por empresas financieras, inmobiliarias y turísticas.

SOBRE ANTHONY HACHÉ

Rafael Tomás Hernández dijo que Anthony Haché, aunque no es ingeniero ni arquitecto, ha tenido una participación muy activa en el campo de la construcción y el hecho «de que me hayan incluido en este reconocimiento con estas pléyades me enaltece».

«Tal como decía el orador en un reconocimiento que le hicieron, don Anthony tiene tres familias: su familia biológica, la del Banco BHD, y otras personas pensamos que faltó mencionar sus clientes, que también es su otra familia».

 

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