El doctor José Daniel Martínez Garcés, profesor adjunto de Pediatría en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), denunció importantes recortes salariales, falta de respuesta e irrespeto, por parte de las autoridades de la casa de estudios.
Martínez Garcés, quien se incorporó a la UASD en 1983, como coordinador del internado y ha estado enseñando en el Hospital Juan Pablo Pina de San Cristóbal desde 1991, afirma que su salario ha sido reducido en más del 30%, desde noviembre de 2023. A pesar de haber tratado el problema con el director de la Escuela de Medicina, José Peralta Contreras y con el vicerrector docente, Wilson Mejía, la situación no se ha resuelto.
El profesor explicó que en el pasado, los estudiantes eran enviados a sus secciones de manera regular y las calificaciones se reportaban de manera fiable. Sin embargo, desde 2014, la implementación de los planes académicos «Plan 13» y «Plan 14», ha generado confusión sobre la asignación de estudiantes, afectando su carga académica.
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En la gestión de Emma Polanco, como rectora, Martínez Garcés experimentó una reducción en sus secciones, la cual fue posteriormente corregida. No obstante, el problema ha resurgido, explicó.
Martínez Garcés afirmó: “quiero decirle a las autoridades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, que yo no estoy pidiendo, estoy exigiendo un derecho. El derecho que tengo a que mi salario no sea tocado, el derecho que tengo a dar clase con tranquilidad, el derecho que tengo como ciudadano y como uasdiano a ser tratado con decencia, con deferencia, con respeto por los profesores de la universidad, no importa su rango, porque yo tengo ya casi 40 años sirviéndole a la Universidad Autónoma de Santo Domingo”.
El académico ha intentado abordar la situación mediante comunicaciones, con las asociaciones de profesores y solicitudes de reunión con el rector, Editrudis Beltrán, sin éxito.
Martínez Garcés ha enfrentado dificultades para obtener una respuesta adecuada de la oficina del rector, incluyendo problemas con la recepción: “el trato que yo recibí en el antedespacho del rector no fue el mejor. Lo último que hicieron fue ponerme a hablar con un personal de seguridad, que me pide el teléfono, pero tampoco me da su nombre”, se lamentó. En su reciente visita, el doctor Martínez esperó sin éxito una respuesta. Cuando los empleados se retiraron, la joven presente lo dirigió al asistente del rector, quien decidió irse. Un personal le solicitó su número de teléfono, prometiendo contactarlo, pero después de 21 días, el profesor aún no ha recibido noticias.