Profesor Jesús de la Rosa Un apasionado de la carrera militar y un enamorado del magisterio

Profesor Jesús de la Rosa Un apasionado de la carrera militar y un enamorado del magisterio

Sus cabellos han encanecidos en las lides magisteriales, tras 52 años de larga trayectoria como profesor: inicialmente en el Colegio La Salle y luego impartiendo cátedras en varias universidades, de manera muy especial en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Precisamente su amor por la UASD y su involucramiento en los procesos de reforma de esa academia estatal lo han hecho merecedor de una alta distinción: Profesor Meritísimo, título que le será otorgado en la segunda semana de agosto próximo.

En la actualidad es el asesor del rector Iván Grullón. Dice que hay una preocupación a nivel regional del tipo de universidad del Siglo XXI, ya que la UASD como la mayoría de las academias latinoamericanas y del resto del mundo se han quedado con las características del siglo pasado.

Esto ocurre, dice el profesor Jesús de la Rosa, en momentos en que han surgido nuevas necesidades frente a un mundo que cambia aceleradamente.

Cuenta que llegó a la docencia por necesidad, pues su vocación y pasión era la carrera militar. Por esa razón cursó estudios en la Academia Naval de la Armada Dominicana y militares en la Batalla de las Carreras. Ostenta el rango de capitán de navío (retirado).

Es de los militares constitucionalistas que gestó la salida del régimen de facto que encabezaba Donald Reid Cabral, denominado Triunvirato (1963-1965), instaurado a raíz del golpe de Estado contra el gobierno del profesor Juan Bosch.

Su pasión por la carrera militar era tal que tras ser retirado de la Armada Dominicana, luego del ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo, tenía la ilusión de volver a los cuarteles con sus rangos militares. Había llegado a un acuerdo con quienes luchaban por el regreso del profesor Bosch. Ese deseo se desvaneció al fracasar los intentos de la vuelta a la constitucionalidad.

El profesor De la Rosa se quedó con su traje hecho. En la Guerra de Abril de 1965 no dejaron a los militares constitucionalistas ingresar a los cuarteles. Lo evitaron las fuerzas intervencionistas. Duró solo ocho años en la carrera militar.

Esos militares dirigidos por Rafael Tomás Fernández Domínguez continuaron conspirando contra el gobierno de facto.

Entre 1963-1965, expresa el profesor De la Rosa, para ganarse la vida ingresó a la flota mercante, lo que no le gustaba ni tenía la disciplina para ello.

En diciembre de 1964 iba a ser el capitán de un barco que traería a Bosch desde Puerto Rico. Desembarcarían por Barahona y llamarían a una rebelión cívica. Esa acción fracasó por la traición de un hermano de Rafael Tomás Fernández Domínguez.

El profesor De la Rosa dice que era un oficial con familia cercana de Trujillo y nunca tuvo conflicto porque se limitaba a ejercer su trabajo militar y de ahí para su casa. En ese tiempo disfrutaba de un estatus envidiable.

Para ganarse la vida. Cuando fracasó el acuerdo de volver a los cuarteles militares ingresa a la UASD donde cursa la carrera de pedagogía en 1967, ingresando inmediatamente al cuerpo docente de esa universidad, el 30 de marzo de ese año. En 1968 fue enviado a la Universidad Autónoma de Madrid, donde hizo una especialización en psicología en técnica de orientación vocacional. Cuando regresó hizo la carrera de estadística y luego en la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos, Planificación Estratégica.

De la Rosa dice -estalla en risas- que al tener que olvidarse obligatoriamente de la Marina se le despertó el amor por la pedagogía. Su amor era la carrera militar.
“La transición fue un poco amarga, no solo en mi caso, todos los militares de carrera fuimos porque en principio nos enamoramos de la misma. Habían aviadores, infantes, marinos”, expresa.

No era de una familia rica, tenía todo lo que necesitaba pero llega un momento en la vida del hombre de vergüenza que sabe que tiene que independizarse.

Con frecuencia expresa en su universidad, la UASD, donde tiene cerca de 50 años como docente, que no le quedó otro remedio que engancharse a maestro.
Para él no fue tan difícil pasar de la carrera militar a la de maestro.

Se ha dedicado fundamentalmente al proyecto de la UASD y hace esfuerzos para que esa universidad esté al servicio de todos.

En estos momentos escribe su tesis doctoral sobre acreditación y evaluación de universidades. Su tema es sobre esa temática.

Sigue cultivándose por entender que para seguir ejerciendo la profesión docente hay que buscar el conocimiento vinculado a estos tiempos en los que la tecnología de la información y la comunicación es básica.

La UASD. Aún está en el Siglo XX y es la que fundó el movimiento renovador con las características de gratuita, autónoma e integrada por profesores y alumnos. Una universidad que aún no es laica y que ya cumplió su rol. Cree que se necesita otra universidad con características en las que impere el conocimiento.

Dice que todavía se discute en los foros internacionales cuál es la universidad de estos tiempos.

La educación en RD. El profesor De la Rosa es articulista de este diario. Sus temas publicados están relacionados en la mayoría de los casos a la educación tanto preuniversitaria como universitaria. Ha sido un defensor activo de la autonomía de la UASD y de que se le asignen los recursos necesarios para que pueda desarrollar una educación de calidad.

Actualmente no está enseñando directamente en las aulas sino más bien funge de consultor en los ministerios de Educación y Educación Superior.

Con relación al financiamiento que otorga el Gobierno a la educación preuniversitaria, De la Rosa observa que existe un desequilibrio respecto a la educación superior.

Aunque saluda los programas que desarrolla el Gobierno, tal como la Jornada Escolar Extendida, advierte que las universidades, principalmente las del Estado, necesitan más recursos para poder acoger a esos bachilleres que saldrán de las escuelas de educación media.

Prevé que con la Jornada Escolar Extendida se reducirá la deserción y un mayor número de bachilleres graduándose provocaría una mayor demanda de las universidades del Estado.

Es por ello que plantea al Gobierno prestar atención al financiamiento de la educación superior del país.

Considera que también las universidades privadas deben de recibir el apoyo del Estado por tener una gran carga económica.

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