El historiador y profesor universitario maeño Manuel Rodríguez Bonilla lleva cumplidos tres años de cárcel sin que mediara una sentencia en su contra al no encontrarse ninguna vinculación con el asesinato, en Mao, de su esposa Yasmín Valdez de Rodríguez, hecho ocurrido el 25 de mayo del 2010 en su residencia mientras el hoy imputado realizaba varias diligencias, debidamente documentadas, en la ciudad noroestana.
El tribunal que conoce el caso aplazó la audiencia que celebraba este pasado miércoles para el 20 de julio venidero a fin de garantizar la presencia de numerosos testigos entre los que se destaca la actual procuradora adjunta Yeni Berenice Reynoso quien a la hora del crimen se desempeñaba como procuradora fiscal de la provincia Santiago y tuvo a cargo la investigación del mismo.
En la ocasión, ni la prestante funcionaria, el INACIF, ni el DICRIM encontraron en sus investigaciones ningún elemento que comprometiera la responsabilidad penal del imputado, víctima de un manejo irresponsable del exfiscal de Santiago José Francisco Núñez, quien ordenó su encarcelamiento cuando Rodríguez Bonilla se apersonó la Fiscalía a indagar cómo iban las investigaciones del crimen contra su esposa.
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Por: FERNANDO RODRÍGUEZ C.
En situaciones de violencia policial, como la que vivimos actualmente, surgen opiniones de distintos sectores que condenan, con sobradas razón, las actuaciones de una entidad que lejos de abusar, maltratar y hasta asesinar a ciudadanos indefensos ya sometidos a la obediencia, deben garantizar sus derechos, someterlos a la justicia, si procede, respetando siempre su integridad física.
Falta mucho camino por recorrer para alcanzar una reforma policial que luce lenta en su aplicación, no obstante la imperiosa y urgente necesidad de empezar a aplicarla a un cuerpo del orden que padece los vicios propios de un sistema maleado, en el que cualquier policía o militar se cree por encima de la ley con la secuela de abusos que puede generar una mentalidad trujillista que sobrevive en el tiempo.
Los recientes asesinatos cometidos contra tres jóvenes apresados en distintas circunstancias y lugares por la Policía Nacional han despertado un movimiento de opinión pública adversa al cuerpo del orden donde no han faltado las voces de condena del presidente de la República, Luis Abinader, y su ministro de Interior y Policía, dando seguridades de que se hará justicia en estos casos.
Sin embargo, hechos similares seguirán ocurriendo frecuentemente, hasta que no se ejecute la anunciada reforma policial que paliará la situación.