POR CARMEN MATOS
Dejando a un lado las herramientas tecnológicas que  facilitan el acceso a fuentes de aprendizaje, muchos profesores universitarios  se han visto obligados a asignar los informes y trabajos finales manuscritos, como una forma de evitar la práctica del “copy-paste” o “copia y pega” del Internet que se hace cada vez más común entre los alumnos.

La estrategia también busca corregir las faltas ortográficas y de caligrafía que, dicen los maestros,   alcanzan índices preocupantes para el nivel universitario.

De acuerdo a la profesora  Dinorah Gómez, que enseña Metodología de la Investigación Jurídica en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) “hasta el 99.1%  de los estudiantes utiliza el plagio en algún punto del programa semestral”.

La académica, que emplea un sistema de docencia semi presencial, confesó sentirse frustrada cada vez que   descubre que uno de sus estudiantes copió contenidos de Internet, porque la mayoría de veces “ni siquiera los leen”.

Ante esta situación, un grupo de profesores de la academia estatal comenzó a requerir que los trabajos, sin importar su extensión, sean hechos a mano.

Entre estos se encuentra  Mario Hernández, que imparte derecho Laboral, Agrario y Comercial en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD y quien lamentó que los estudiantes desperdicien el Internet para hacer fraudes.

“No se trata de pasar una materia, sino de preparar a un profesional de calidad para la sociedad”, sostuvo.

Manifestó  que al momento de corregir las asignaciones, se ha encontrado con nuevas carencias de caligrafía y ortografía.

El director de la escuela de Derecho, Samuel Moquete de la Cruz, narró que su preocupación surgió al ver que los estudiantes abarrotaban los centros de cómputos ubicados en las cercanías de la universidad, para obtener copias de trabajos “modelo” en las distintas áreas.

Moquete de la Cruz  comentó que otro mal que eliminó es la copia de trabajos entre compañeros de clase.

 Sostuvo que las carencias ortográficas que presentan  los estudiantes ubican a una gran mayoría en la educación secundaria.

Dijo que los estudiantes no son culpables de estas carencias, ya que “el estado no ha hecho la inversión que requiere la educación nacional”.

 No es exclusivo de la UASD

El mal uso del Internet  no es exclusivo de los estudiantes de la UASD, por lo que los profesores del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) también han tenido que  enfrentar  la problemática adoptando   programas especializados de computación que verifican si los contenidos  presentados  están disponibles en la red.

Aunque no se han visto obligados a asignar informes manuales, la decana del Área de Negocios de Intec, Amarilis García, aseguró que el reglamento disciplinario de la academia dispone  sanciones para los casos de plagio que van desde la reprobación de la asignatura hasta la suspensión del semestre.

Sin embargo, para la decana del Área de Sociales, Elsa López, los profesores tienen parte de la culpa en estos casos, ya que, a su juicio los estudiantes incurren en el “copy paste” porque saben que muchos  no revisan las asignaciones.