Profilaxis

Profilaxis

El criterio de profilaxis que debería ser aplicado para depurar la Policía Nacional y los institutos castrenses no necesariamente debería ceñirse al aspecto de la conducta que hayan observado sus miembros ante las normas de convivencia social y las leyes.

La gama de razones para una profilaxis es más amplia que eso, si se toma en cuenta que mucha gente ha ingresado a las filas policiales y castrenses por vías que no se corresponden con las pautas y requisitos de reclutamiento contenidos en las respectivas leyes orgánicas.

Ha sido una práctica que oficiales superiores hayan logrado enlistar a parientes por vías de influencia, que luego han pasado a engrosar las nóminas sin que justifiquen sus salarios con función alguna.

Es probable que alguna gente enlistada a través de esos procedimientos hayan ascendido de rango por vías de influencias o parentescos, y no necesariamente por méritos relacionados con el desempeño de funciones específicas.

No se afirma, con lo anterior, que los actuales mandos castrense y policial no hayan frenado estas prácticas, proscribiendo nuevos ingresos basados en tráfico de influencias o cosas parecidas. Lo que se pide es profundizar en el origen y circunstancias de cada ingreso y establecer si hubo apego a los procedimientos y a las disposiciones de las leyes orgánicas. De eso se trata.

 -II-

 El secretario de Interior y Policía, Franklin Almeyda Rancier, ha expuesto que de 32,000 policías, solo unos 3,000 estarían ejerciendo labores de patrullaje, trabajo de campo, en momentos en que la curva de demanda de servicio para preservar la seguridad ciudadana ha estado en sus picos más altos.

Sabemos que la jefatura actual ha trabajado en la dirección de reinsertar a esos agentes dispersos a las labores habituales de la PN y que, inclusive, muchos que servían a terceras personas percibiendo sueldos optaron por dejar las filas policiales para quedarse en las funciones civiles a las que servían.

Ese ocurría no sólo en momentos de más demanda de servicio de campo, sino también cuando la PN se esforzaba por reclutar personal para poder responder a esa demanda.

A esa faceta de las limitaciones que han afectado la labor de la PN hay que agregar la gente ingresada en el pasado por vías que no son las dispuestas por las reglas internas.

Lo que se pretende es que en las filas militares y policiales solamente queden quienes justifican su presencia no sólo con trabajo, sino fundamentalmente por haber ingresado por las vías regulares que, felizmente, están siendo restablecidas por las jerarquías militar y policial. La mejor forma de preservar la integridad de las instituciones es que todos los que formen parte de ellas deban su ingreso, posición y ascenso al respeto de las pautas estatutarias.

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