La unidad entre compañeros, que los hace sentir como en familia, esforzarse para mantener un buen índice, porque para triunfar no hay límites, sumado al estímulo y seguimiento de los docentes, son el pilar que durante 30 años ha mantenido erguido el Programa Intec con Estudiantes Sobresalientes (Pies).
El plan de becas del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) identifica y selecciona a bachilleres con altas calificaciones del sistema público y privado, para brindarles la oportunidad de adquirir una formación profesional de superior calidad.
Durante el conversatorio de la Esquina Joven, los becados narran cómo entraron y la manera en la que ha impactado sus vidas.
Rafael Polanco, 19 años, estudia Ingeniería Electrónica, cuenta que su anhelo era entrar a Intec y junto a otros compañeros fueron a la Capital a tomar el examen.
“Muchas veces nosotros nos limitamos; cuando tomaba el examen vi a tantos jóvenes de todo el país, muy preparados, y dije mi Dios lo pongo en tus manos. En ese momento dudé de mis capacidades, pensé que no iba a ganar la beca, pero gracias a Dios gané”.
El joven puertoplateño narra que en su tercer trimestre un profesor lo invitó a ser parte del proyecto agroindustrial “reto zapote”, en el que debían solucionar un problema sobre la fruta, en cuya producción se perdía mucho dinero porque no sabían cuando estaba madura y la cortaban todas, incluyendo los verdes. “No sabía nada, pero fuimos desarrollándolo y ganamos el primer lugar del proyecto”.
Para Julio Beras, quien estudia licenciatura en matemáticas, es un privilegio formar parte del programa, porque el trato es muy familiar. Destaca que sus compañeros tienen cualidades distintas, pero todos comparten el mismo interés de esforzarse y dar lo mejor de ellos.
Temores. Mientras, Ana Núñez, de 19 años, quien viene desde San Juan le preocupaba si encajaría o si encontraría compañeros con los que pudiera llevarse bien. Esta incertidumbre cambió en un encuentro que realiza Intec para que los becados socialicen.
“Formamos un grupo que se compenetró muy bien, y antes de empezar las clases yo sabía que contaba con 40 amigos que iban a ser mis aliados; sabía con quien podía hacer grupos de estudios”, expresó Ana, quien estudia Ingeniería Industrial.
De su lado, Vladimir Payán, de 19 años, dice que ser un Pies lo hace sentir muy especial. “Junto conmigo aplicaron 12 compañeros que tenían muchas capacidades y cuando esperábamos los resultados, vi que algunos no entraron; me asusté y no quería ni ver la página, pensé que estaba fuera, entonces le dije a una amiga que revisara por mi, y cuando me dijo que fui preseleccionado, hice una bulla en medio del curso”.
En tanto, María del Villar, expresa que al ser estudiante meritoria, la psicóloga del colegio depositó los documentos de ella y de 14 estudiantes, pero fue la única preseleccionada. Del Villar cursa licenciatura en matemáticas; dice que en Intec son serviciales, siempre dispuestos a ayudar. “Agradezco por ser Pies, el apoyo financiero es muy grande; mi mamá está orgullosa porque estoy aquí”.
Mantener índice. En tanto, Lía Marie Báez sostiene que en Intec son competitivos y eso la motiva a mantener un índice de 3.4. “En Pies encuentras personas que piensan como tú, y es más fácil para nosotros, porque queremos hacer un cambio en la sociedad”.
Para el colombiano Nicolás Vallejo, de 20 años, en Intec se siente cómodo porque lo hacen sentir en familia, lo reciben con una gran sonrisa. El joven reside en el país desde hace diez años, estudia Ingeniería en Mecatrónica.