Programa educativo en español
trata problemas de adicción

Programa educativo en español <BR>trata problemas de adicción

NUEVA ORLEANS, EFE. Enfocada en combatir la incidencia del alcoholismo y drogadicción entre los hispanos, la organización no lucrativa Esperanza ofrece programas de prevención, educación y tratamiento en el área metropolitana de Nueva Orleans.

Con apenas un mes en funcionamiento, Esperanza es la única organización independiente que trata el abuso del alcohol y las drogas entre la comunidad latina a través de asistencia y servicios en español.

“En el área de Nueva Orleans hay más de 200.000 hispanos y no hay suficientes programas para atender a nuestra comunidad”, dijo a EFE Nelly Alvarenga, fundadora y presidente de Esperanza.

Tras 20 años en el Consejo de Abuso de Alcohol y Drogas (CADA, por sus siglas en inglés), Alvarenga dejó su puesto de asesora y coordinadora del servicio hispano para crear una organización dedicada exclusivamente a atender las necesidades de la comunidad latina.

“En CADA sólo podía ofrecer un servicio de una hora por semana a mis clientes hispanos, y ahora con Esperanza me dedico a ellos por completo”, señaló Alvarenga, la única hispana de la zona con licencia de consejera de personas con problemas de adición.

Extensa programación   

Seminarios de prevención, grupos de apoyo a jóvenes con problemas de adicción, talleres de comunicación entre padres e hijos, evaluaciones para la determinación de dependencia, y un programa de orientación para personas que conducen bajo el efecto del alcohol (DWI, por sus siglas en inglés) son algunos de los servicios que brinda la organización.

Uno de los objetivos de la organización es captar la atención de los más jóvenes a través de los cursos de prevención y las sesiones para resolver conflictos de autoestima, factor que, según Alvarenga, conduce a una conducta de dependencia en el adolescente.

Además, indicó la fundadora de Esperanza que “los vendedores de drogas buscan a los jóvenes con problemas de autoestima y a los que han abandonado los estudios”.

“Y nosotros queremos que nuestros niños puedan terminar sus estudios y salgan adelante en la vida”, agregó.

Según datos del National Clearinghouse for Alcohol and Drug Information (NCADI), el abuso de drogas entre adolescentes latinos está asociado de forma significativa con el fracaso escolar.

Se estima que, en algunas localidades, el índice de jóvenes que han abandonado los estudios ha alcanzado el 45%, y en ocasiones, al 85%.

Para Mariana Montero, directora de los programas educativos de Esperanza, la necesidad de generar servicios centrados en ayudar a adolescentes viene de la falta de comunicación entre padres e hijos y el medio en el que muchos jóvenes se desenvuelven.

A través de programas como “Soy Única, Soy Latina”, dirigido a jóvenes entre 9 y 15 años, los miembros de Esperanza se centran en enseñarles a desarrollar una estima personal positiva “para que aprendan a desenvolverse en un medio social y puedan vivir una vida feliz”.

Montero explicó a EFE que “muchos adolescentes no reciben la atención suficiente de su familia o se ven expuestos a la violencia doméstica”.

“Gracias al programa vemos el cambio en la actitud de las jóvenes porque comienzan a pensar de forma más positiva y adquieren más confianza en sí mismas”, añadió.    

Acto filantrópico   

Formada por un equipo de cinco voluntarios y con el apoyo de un comité de ocho miembros líderes de la comunidad, Esperanza se ha constituido gracias a la iniciativa de Alvarenga sin la ayuda de subsidios.

“Todo es de mi bolsillo, es un acto que viene del corazón”, aseguró Alvarenga, quien sólo cobra por los servicios de evaluación y el programa DWI.

En Estados Unidos, alrededor de 34 millones de niños y adultos viven “bajo el techo de una persona que es alcohólica”, lo que significa que de cada tres familias una tiene problemas con el alcohol o las drogas.

Hija de padre alcohólico, Alvarenga confía seguir dedicando su experiencia en la creación de programas de impacto para combatir los problemas de adicción entre la población latina.

“La vida de los hijos del alcohólico es muy triste, y esa es la razón por la que estoy en este campo porque yo sufrí como niña y no quisiera esa vida para nadie”, anotó Alvarenga.

A partir de octubre, la fundadora de Esperanza tiene previsto implementar un programa de violencia doméstica, “una de las consecuencias del abuso del alcohol y las drogas”.

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