¿Progresamos?

¿Progresamos?

Llegamos a casa y a poco se fue la luz, como decimos cuando se suspende el fluido eléctrico, el ruido de la planta de emergencia nos fuerza a alzar la voz para ser escuchados.

Se escucha una voz, la de cualquiera que dice:  -Cierra esas dos ventanas para evitar el humo del gasoil. Miriam pregunta: -¿Cómo estará el nivel de combustible en la planta de emergencia?  -Hay que revisarla.

-De todos modos es mejor comprar combustible aunque el depósito de gasoil esté lleno. -Uno nunca sabe cuánto tiempo durará el apagón. Saco la cartera.

-Hay que comprar gasoil. Toma estos mil pesos. Entonces dice Iván: -Los teléfonos no funcionan. Ha llovido mucho estos días.

-Cierto, cuando llueve indefectiblemente ocurre una explosión en un transformador y se suspende la energía eléctrica. A veces se van los teléfonos y se apagan las bombas que impulsan el agua. -Llama a la Corporación de Electricidad.

-A ver si atienden el teléfono. -Abuelo, el Internet está dañado hace tres días. -¿Llamaron a la telefónica? -De una vez. -¿Y qué dijeron? -Que vienen en el curso de tres días laborables.

-Entonces carecemos de teléfonos e Internet. -Y nadie sabe a qué hora repondrán el servicio eléctrico.

La planta de emergencia entra en servicio. -Enciende los abanicos. -Este calor es insoportable. Se escucha un ruido tremendo.

-Chocaron un autobús y un camión en la esquina. -No hubo heridos, dice el vigilante nocturno. Un grupo de jovencitas cruza frente a la casa. Salen  de clases. Caminan presurosas. La luz de los generadores eléctricos sale por las ventanas y las ayuda.

La oscuridad conviene a todas las diabluras, a los delincuentes, a los violadores. Las muchachas van en grupos. Así es más difícil que las ataquen.

-Enciende la televisión. Un presentador eleva la voz con un grito de bienvenida al movimiento de las cinturas de dos curvilíneas muchachas o tres monos dando saltos al frente. La música opaca al cantante. Cambia el canal. Los noticiarios hablan de huelgas, protestas, apagones, corrupción, abusos de autoridad, atracos, asesinatos, violaciones, bachateros, peloteros, prostitutas, mujeres que viajaron engañadas a Europa, América del sur y Asia y las obligaron a prostituirse.

Las noticias se repiten sin que haya solución a ningún problema. Parece una repetición de lo ocurrido día tras día, año tras año. Somos, como dice mi amigo, sobrevivientes de los ataques a que nos someten los gobiernos desde siempre.

Se acabaron las vacaciones.

-¿Abuelo, qué me trajiste?

Aún están subiendo el equipaje. ¿Cuándo aprenderemos que Nueva York no cabe en una maleta?

Aún hay Patria. ¡Viva la República Dominicana!

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