Más de dos tercios de los diputados surcoreanos votaron a favor del proyecto de ley que prohíbe el consumo y la venta de carne de perro, y ninguno votó en contra.
Esta mayoría aplastante refleja el sentimiento nacional hacia esta práctica. Alrededor de seis millones de surcoreanos tienen perros como mascotas, y sólo una minoría sigue comiéndolos. Sólo el 8% dijo haberlos comido el año pasado, según una encuesta de Gallup Korea.
Históricamente, la carne se ha servido en una sopa llamada bosintang. Es un plato que se supone que da energía en épocas de calor, y sigue siendo especialmente popular entre la generación de más edad.
Aunque el texto prevé indemnizaciones para los profesionales del sector, los detalles siguen siendo vagos. Como lo son los detalles relativos al futuro de los cerca de 600.000 perros que aún permanecen en jaulas, según cifras del Ministerio francés de Agricultura.
La prohibición será definitiva en 2027, y tanto la venta como el consumo se castigarán con tres años de cárcel y una multa de 20.000 euros.