Prohibición justificada

Prohibición justificada

La Dirección General de Aduanas ha decidido prohibir las exportaciones de cobre, adoptando una decisión que se hacía necesaria para detener los cuantiosos perjuicios económicos que los robos de cables eléctricos y telefónicos han   estado causando a la CDEEE,  las empresas telefónicas Orange, Codetel y Viva, y a la población en sentido general. Un trabajo de investigación permitió detectar grandes cantidades de cables robados listos para ser exportados.

Se calcula que el robo de conductores eléctricos han provocado a la CDEEE pérdidas anuales de entre  200 y 300 millones de pesos. Codetel calcula que en el 2009 perdió 60 millones de pesos, Orange 6 millones y Viva 2.5 millones por la misma causa. A esas pérdidas hay que añadir las que la sustracción de cables ocasiona al dejar sin electricidad o comunicación telefónica a amplios sectores de la población. Sumemos a todo ello los costos de adquisición y reposición de conductores.

El país no produce cantidad suficiente de cobre mineral para sustentar unas exportaciones tan voluminosas de este metal, que figuran en primer orden en nuestras ventas al exterior. Tampoco se produce tanto desecho por abandono de equipo eléctrico inservible. De ahí que esté más que justificada la prohibición de estas exportaciones que lucran a pocos y dañan a muchos.

Violencia extrema

El asesinato de Karla Féliz, de 15 años y embarazada,  y Angel Heredia Montes de Oca, de 22, a manos del cabo del Ejército Neuras Villegas, es una expresión brutal de violencia extrema que debe poner a meditar a la sociedad sobre la carga de saña que puede generar la mente humana bajo el impulso de una pasión. En algunos países desarrollados se ensayan medios para detectar estas potencialidades humanas y tratar de manejarlas clínicamente, aunque los resultados son poco promisorios.

En el país se ha producido un número alarmante de casos de violencia extrema de género con desenlace mortal. El feminicidio seguido del suicidio del homicida es una figura que ha estado entre nuestros rasgos de conducta en los últimos tiempos. El crimen que comentamos sigue otro patrón, aunque se presumen las mismas causas de celo y bajos sentimientos. La saña debería ser una agravante de importancia en la clasificación del homicidio.

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