Prolegómenos de una presidencia tragediosa

Prolegómenos de una presidencia tragediosa

Ubi Rivas.

El magnate de bienes inmobiliarios y de casinos Donald Joseph Trump, igual que otro Donald Joseph que padecimos los dominicanos, se perfila como una presidencia tragediosa, con el ingrediente neurasténico planetario de que afecte no solo a la primera potencia, sino que repercuta en todo el globo terráqueo.
En menos de una semana de estrenar la presidencia imperial, Donald Trump, que perdió las elecciones por cerca de tres millones de votos frente a su rival Hillary Clinton y los obsoletos Colegios Electorales le endosaron un cuestionable triunfo electoral, procedió a eliminar el Tratado Transpacífico, el TLC con Canadá y México, que supone con el de Centroamérica y el Caribe, anuló el acuerdo medioambiental de París, eliminó los subsidios de salud al exterior, dio luz verde a oleoductos desde Alaska hasta Texas, y firmó, con el truño fruncido, y esgrimiendo la estilográfica como si fuese un fusil, la disposición de edificar un muro fronterizo con el vecino México.
Es la difusa creencia, que comparto, que ninguno de sus 44 antecesores inquilinos de la Casa Blanca, ni el segundo Roosevelt en el vórtice de la II Guerra Mundial, adoptaron en tan breve tiempo tantas providencias empinadas, erizadas de enormes interrogantes y suspicacias, ante el asombro de sus paisanos, extendidos al resto del mundo, como la de este impredecible bisoño político que conduce el destino del país más poderoso del mundo, y por vías de consecuencias, arrastra consigo a la humanidad.
En ese escenario movedizo, incierto, crispado por la duda, pletórico de grima planetaria, preñado de ejecutorias a medias sorpresivas, porque fueron temas de campaña, el cuestionamiento es si el presidente Trump afincará en la realidad todo el temario que esgrimió como tema de campaña, proteccionismo, anti inmigración, racismo, intolerancia y cazurrismo.

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