La apuesta por la promoción de las exportaciones en la República Dominicana, por diversos sectores y algunas entidades gubernamentales, requiere de ciertas reflexiones que puedan orientar-apoyar las políticas pensadas (por hacer) y/o puestas en marcha, para poder llegar a algunos resultados concretos.

Inicialmente, debemos tener en cuenta que las razones que llevan las empresas a exportar sus productos son definidas, en esencia, tanto por orientaciones empresariales en el país de origen (oferta), como por decisiones de los consumidores en los países de destino (demanda). En el caso de las primeras, se pueden mencionar: aumentar las ventas, diversificación de mercados, expansión geográfica, crear economías de escala, seguir la competencia, desarrollar experiencias, etc. En tanto, que por el lado de la demanda: mejores precios, calidad, gustos-preferencias, moda, necesidades (evidentes, latentes y/o creadas), entre otras.

Visto lo anterior, podemos colegir que la promoción de exportaciones no es una acción o conjunto de actividades unilaterales que se desprenden de la simple decisión política-empresarial, sino que más bien requieren de la consideración de múltiples factores que afectan “una exportación”: factores de expulsión y factores de atracción. Sin lo cual el fracaso estaría garantizado.

La promoción de exportaciones debe ser asumida como un medio y no como un fin en sí mismo, esto es, un medio para motivación del productor a producir más y mejor a nivel local (producción-productividad-competitividad), y al mismo tiempo un medio para motivar el consumidor a consumir lo promovido en el extranjero.

De esta forma, debemos partir de la promoción de la producción, del apoyo y facilitación y reforzamiento de la industria. No hay oferta exportable, sino logramos garantizar primero la “oferta productible”. No hay cultura exportadora, si primero no tenemos una cultura productiva. No promovemos exportación, lo que promovemos es producción, se promueven los productos, que son exportados.

A pesar de que cada producto o sector amerita una estrategia de promoción particular, esta debe estar respaldada de un plan de promoción país, donde para una economía como la nuestra, el ¿qué promover? es probablemente más importante que el ¿cómo promoverlo?

Necesitamos desprendernos del simplismo y la monotemática en la aproximación al tema de promoción de exportaciones.