¿Promoción de la lectura?

¿Promoción de la lectura?

GLADYS ALMONTE
Así es, tal y como lo ve. Esa es nuestra propuesta para solucionar el problema de la lectura en la población dominicana, después de mucho trabajo y búsqueda constante de una respuesta viable. Que la educación superior, desde el currículo y todos los medios a su alcance, incremente la promoción de la lectura en la sociedad dominicana.

Basta de dar por sentado que todo maestro está en capacidad de promover la lectura, cuando todos sabemos que el hábito de la lectura ha estado ausente de la formación del maestro dominicano.

Tradicionalmente en nuestra educación se le ha dado poca importancia a la lectura. Una vez que el niño, o el adulto, está alfabetizado, poco o nada se hace para que la lectura se convierta en un hábito. En ese ambiente se iniciaron nuestros maestros, bibliotecarios, comunicadores y locutores, y las universidades nada han hecho para transformar esa realidad de nuestra educación.

Nos extraña cómo se elaboran programas para promover la lectura en los niños y los jóvenes sin tomar en cuenta la formación ni la disposición de quienes los aplicarán.

Si se quiere trabajar con honestidad y de manera responsable, es preciso que se haga una encuesta entre maestros y bibliotecarios, no para ver si ellos tienen hábito de la lectura, que sería lo ideal, sino para determinar qué importancia les dan a la lectura, qué opinión les merecen los programas para fomentarla y cuáles ideas tienen para promoverla entre los alumnos y usuarios de las bibliotecas.

Es que para promover la lectura entre niños y jóvenes hay que disponer de conocimientos, entusiasmo, creatividad e imaginación, y ésto no se logra con poner un programa en las manos de un maestro o un bibliotecario al que no se ha formado ni se ha conquistado para entregarse a esa labor con amor y entusiasmo.

Es paradójico que todavía se crea que con ofrecer premios a los que más lean se esté fomentando la lectura. Los que participan en esos concursos son los que ya tienen hábito de la lectura, y nuestro interés debe dirigirse a conquistar nuevos lectores, a fomentar la lectura en los que no leen regularmente.

Hay muchas estrategias confiables y atractivas con las cuales podemos fomentar la lectura en las jóvenes generaciones, pero para descubrirlas tenemos que investigar, y eso necesita dedicación. Los concursos de lectura deben ser posteriores, cuando ya hemos echado la zapata.

Para promover la lectura en la sociedad dominicana, es necesario crear conciencia de que la carencia del hábito de la lectura en nuestra población no es un problema escolar ni del Estado; es un problema de toda la sociedad.

La educación superior, desde el currículo, la biblioteca, las unidades de educación continuada y las funciones de extensión, dispone de instrumentos para hacer que ese mensaje llegue a todos los dominicanos, logrando que la promoción de la lectura sea asumida con responsabilidad en los diferentes niveles educativos, en las bibliotecas y en los medios de comunicación, llámese prensa, radio, televisión o Internet.

La educación superior no tiene que hacer grandes esfuerzos para transformar la percepción de la lectura en los dominicanos. Sólo tiene que decidirse e integrar ese propósito a sus objetivos. Si ella toma la iniciativa de manera decidida, los demás le seguirán.

Con sólo promover la lectura, la educación superior lograría mejorar la calidad de la educación de manera significativa. Es que las demandas de este siglo no permiten identificar como de calidad una educación donde los maestros, estudiantes y bibliotecarios no leen habitualmente.

Pero, aparte de eso, usted que está leyendo, sabe que la lectura ofrece grandes beneficios a quienes la usan habitualmente y, por consiguiente, a las sociedades que integran a esos usuarios.

Entre esos beneficios vamos a citar algunos:

– Combate el analfabetismo

– Ofrece acceso seguro al conocimiento.

– Facilita el acceso a mejores condiciones de trabajo.

– Abre puertas a la creatividad y la imaginación.

– Estimula la superación personal.

– Es un instrumento sano para el entretenimiento y la recreación.

– Abre la puerta al crecimiento espiritual.

– Estimula el desarrollo de las competencias intelectuales, socioculturales, cognitivas y comunicativas.

– Incrementa la capacidad de leer, escribir, hablar y escuchar cada vez mejor.

Por todo eso podemos afirmar, que el hábito de la lectura facilita promover la calidad de vida del individuo y de la sociedad.

¡Educadores, fomentemos el hábito de la lectura en el pueblo dominicano; él lo agradecerá!

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