Promocionan en Europa sitios prostitución RD

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POR LLENNIS JIMÉNEZ
Promocionados en Europa y Estados Unidos como institutos de pornografía funcionan los centros nocturnos dedicados en esta capital a colocar muchachas para recibir a turistas que les cobran altas sumas de dinero a cambio de favores sexuales, afirmaron ayer residentes de algunos de los sectores donde la Fiscalía clausuró estos establecimientos.

Sin embargo, ayer continuaba abierto y administrado por su propietarios el centro nocturno Mystik 13, de la avenida Pasteur, en Gascue, a pesar de haberse dispuesto su cierre, como lo informó el fiscal José Manuel Hernández Peguero. En Gascue siguen funcionando otros negocios, como Tharas Place, de la calle Danae número 3, el que los vecinos señalan como un punto de lesbianas.

Aunque muchas casas de cita operan silenciosamente y con gran misterio, obligando a las muchachas a llegar ocultas, en otros los vecinos han solicitado su cierre, debido al desorden nocturno. Los disparos en la calle y la comercialización de drogas, como denunciaron residentes cercanos al centro Dobob, del ensanche Kennedy, el cual fue clausurado, llevaron a la comunidad a organizarse para impedir su permanencia en la calle Juan Alejandro Ibarra esquina John F. Kennedy.

Mario Peguero, residente del ensanche Kennedy, dijo que los centros nocturnos casi siempre están encubiertos y se hacen llamar negocios de ventas de comidas y bebidas.

En la calle Pasteur 17 funciona otro centro nocturno que da la apariencia de ser una empresa y vecinos declararon que solo fue clausurado el centro «The House Café Bar».

A ninguno de los centros nocturnos cerrados por la Fiscalía se les colocó letrero dando a conocer la medida de las autoridades judiciales, como se comprobó en un recorrido realizado por redactores de este diario.

En la calle Pasteur la gente dice no saber mucho de las actividades de los centros nocturnos, porque las muchachas llegan sigilosamente y en igual forman se retiran acompañadas de hombres que se transportan, casi siempre, en taxis.

«Aquí vienen muchos americanos. La zona no se ve alegre de noche, porque los hombres llegan en taxís», dijo Eduardo, un señor labora en la cercanía de la Pasteur con Independencia, donde en dos centros nocturnos en la tarde de este domingo sus dueños abrían y cerraban las puertas.

Al percatarse de la presencia de reporteros, dos mujeres que se acercaban a eso de las 4:00 de la tarde al centro Mystik en una yipeta negra Nissan  Murano, se alejaron rápidamente volviendo. Primero retrocedieron a la casa 17 de la Pasteur y luego abandonaron el área. Al desmontarse de la yipeta, se pudo ver que las jóvenes vestían pantalones cortos y franela, tenían el cuerpo tatuado y extensiones de pelo.

En la casa 17, un hombre que se identificó como policía, sacó su revolver al detectar que se le intentaba fotografiar. Dijo no saber a qué se dedica el esteblecimiento argumentando ser nuevo. Pero dijo que conocía bastante de la delincuencia que se registra en la zona, así como de la falta de energía eléctrica.

Los repartidores de los colmados y taxistas que descansan en las zonas próximas a los centros nocturnos dicen no ver a mucha gente en las afueras de estos puntos, ya que los frecuentan a altas horas de la noche, bajo estrictas medidas para evitar sospecha.

Una mujer residente de la calle Danae y que pidió reserva de su nombre como la mayoría de los entrevistados sobre este tema, dijo que no puede dormir con la bulla que cada noche se hace en el centro de la casa número tres, el cual mantiene dos letreros: uno que advierte que se reservan el derecho de admisión y otro prohibiendo la entrada de menores de 18 años.

Taxistas de la calle Pasteur indicaron que el negocio cerrado el pasado viernes por miembros de la Fiscalía acompañados de la agentes policiales había sido clausurados, pero obtuvo la autorización para volver a funcionar.

En tanto, residentes del ensanche Kennedy, como Wilfredo, son de los que piensan que el centro nocturno Dobob amenazaba con dañar a las jóvenes, porque frente al local permanecía una limosina blanca, que alegadamente era utilizada para complacer a los visitantes con las muchachas que se iban a divertir.

«Ese negocio tenía una pantalla, decía que era de comida, pero no, ahí se daba de todo. No tuvo un año funcionando, pero la comunidad se unió hasta que se lo quintaron», dijo.

Ante los fuertes sectores que se esconden detrás de los centros nocturnos y de masajes, la gente de los sectores temen hablar, por temor a ser agredidos por sus dueños.

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