Promueve ética y excelencia profesional

Promueve ética y excelencia profesional

Por MARIO MÉNDEZ
Cada sábado del mes de abril y de la primera quincena de mayo fue dedicado, tarde y mañana, por el administrador general de la Dirección General de Impuestos Internos, para dirigir talleres en lo que participó todo el personal de la administración tributaria, con el objetivo de alcanzar la excelencia ética y profesional.

Convencido de que el éxito de una Administración Tributaria está estrechamente relacionada al comportamiento ético y profesional de su personal, el licenciado Juan Hernández encabezó una serie de encuentros masivos con los empleados de la DGII para evaluar el desempeño del primer cuatrimestre del año y revisar las acciones a implementar en lo que resta del año.

A los eventos que se realizaron en un hotel de la capital y en el auditorio del Banco Central, asistieron alrededor de 2,700 empleados de las administraciones locales, colecturías y agencias de Impuestos Internos de toda la geografía nacional y de la sede central.

Fueron encuentros de trabajo que giraron en torno a la importancia de la ética en el servidor público, en el comportamiento transparente de los empleados y el dominio cabal del papel de cada empleado, para garantizar el aumento sostenido del nivel de cumplimiento de los contribuyentes.

Al abordar el tema, Juan Hernández explicó que lograr que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones tributarias va a depender del nivel de desempeño institucional que alcance la DGII.  El desempeño institucional, agregó, representa las capacidades que tiene la administración para cumplir con sus metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo.  Esta dimensión, agregó Hernández al hablar al personal de la administración tributaria, abarca aspectos como la percepción de la sociedad en torno a la eficacia de la organización, a las aptitudes y actitudes de su recurso humano, a la cultura organizacional que la caracteriza, a la calidad de su actuación en el ámbito de la ética, a la percepción de riesgo que tengan los contribuyentes y a la credibilidad de los líderes de la institución para mantener posiciones e influir  sociedad.

Hernández dejó claramente establecido que se torna débil y pierde autoridad una organización en la que su personal no tiene conocimiento de su rol y muestra un comportamiento ético cuestionable. “Todos en la DGII tenemos que poder hablar sin tener colas que nos pisen para poder tratar a los contribuyentes sin alegar otra cosa que no sea el cumplimiento de la ley”, dijo Hernández.

En cada encuentro, el Director General de Impuestos Internos, advertía a los empleados sobre la relevancia de la institución para la cual laboran y la responsabilidad que pesa sobre sus hombros cada vez que si no se recauda lo que debe recaudarse, si no se logra un buen desempeño transparente, ético y profesional, no solo se afecta a la organización y a ellos mismos, sino que se afecta al Gobierno, al Estado y a toda la Sociedad. Insistió en que lograr un alto desempeño de los factores que inciden en las capacidades de la Administración Tributaria implica asumir liderazgos en ámbitos profesionales que permitan trascender socialmente, creando procesos de cobros que se traduzcan en beneficios para la sociedad en la medida que el Gobierno pueda cumplir con sus planes de desarrollo.

“Esta es una gran oportunidad que nos hemos dado para conversar sobre temas tan importantes como la transparencia, el comportamiento ético y el desempeño de cada uno de os empleados de la DGII”, dijo.

Hernández resaltó las grandes inversiones hechas en la DGII en tecnología, en formación del personal en cursos en el país y en el extranjero procurando un desempeño institucional general exitoso, pues la medida que la organización es exitosa, en esa medida son también exitosos sus empleados.Es importante que señalemos, dijo, que el alto desempeño institucional depende de una alta calificación en cada factor. Es decir, competencia profesional, credibilidad, etc.

“Así, una organización con un recurso humano con capacidades y competencias envidiables, pero con una dirigencia sin credibilidad, obtiene un bajo desempeño institucional”, explicó.

De igual manera, explicó que una institución con un alto nivel de credibilidad de su dirigencia y un recurso humano incapaz, tendrá una baja calificación en su desempeño institucional. En cada encuentro el Director General motivó a los empleados a tener iniciativas, a tener conciencia de cuál es su rol en Impuestos Internos, a saber lo que tiene que hacer y hacerlo bien, a ir por la calle cada día en cada pueblo y saber quien paga y quien no paga sus impuestos.

Para ellos retó a la concurrencia a autoevaluarse, “a medirse francamente” y saber si se está cumpliendo con los requerimientos del cargo que han asumido.

Juan Hernández fue reiterativo en el tema de la actuación ética y transparente, profesional de cada empleado para garantizar el respeto de la población hacia cada uno y hacia la DGII y poder enfrentar así cualquier situación que afecte la credibilidad de todos, que es la credibilidad de la organización.

Las evaluaciones, a través de encuestas realizadas por reconocidas empresas encuestadoras, como la Gallup, indican que la mayoría de los contribuyentes, cerca de un 75%, valora positivamente, en términos éticos y profesionales, la labor de la administración tributaria.

Pero el director general de Impuestos Internos todavía no está conforme con esos resultados. Su objetivo es el de que antes de que finalice el año, la voloración positiva de los contribuyentes alcance el nivel de que gozó la administración tributaria en el período 1996-2000, que fue de 80%.

Factores importantes

Alcanzar mayores niveles de excelencia. Para Hernández, hay dos factores que explican el nivel de cumplimiento y la consistencia del mismo en las administraciones tributarias a lo largo del tiempo: el nivel de desempeño institucional y el nivel de desempeño tecnológico.

en una conferencia que dictó a principios de abril pasado en Florianópolis, Estado de Santa Catarina, Brasil, Hernández afirmaba que para lograr que el nivel de cumplimiento se mantenga en crecimiento se requiere lograr altos niveles de desempeño en esos dos factores.

“El nivel de desempeño institucional representa las capacidades que tiene la Administración para cumplir con sus metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo”. “Esta dimensión abarca aspectos como la percepción de la sociedad en torno a la eficacia de la organización, a las aptitudes y actitudes de su recurso humano, a la cultura organización que la caracteriza, a la calidad de su actuación en el ámbito de la ética, a la percepción de riesgo que tengan los contribuyentes y a la credibilidad de los líderes de la institución para mantener posiciones e influir en la sociedad”, explicó Hernández.

Aseguró que “lograr un alto desempeño institución se convierte en una especie de factor de apalancamiento organizacional que le permite maximizar los recursos de que dispone. Es una manera de utilizar del modo más idóneo esos factores intangibles, como la credibilidad, la respetabilidad, el liderazgo, etcétera, que le son propios”.

Fue enmarcado en estos principios que el director general de Impuestos Internos convocó los talleres en los cuales involucró a todo el personal de la administración tributaria, con la finalidad de buscar la excelencia en el servicio que ofrece la administración tributaria a todos los niveles.

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