En ámbitos académicos se discuten y se promueven formas distintas de asumir la hombría. Se trata de la nueva masculinidad, un concepto que implica cambiar la   violencia y el machismo por el  respeto y la tolerancia.

Héctor Romero Morillo, quien  ha completado estudios sobre ese tema en el departamento de  género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), plantea que esa transformación representa el nacimiento de un hombre sin ataduras patriarcales.

“Aunque parezca lo contrario no es difícil asumir la nueva masculinidad y  cuando se logra somos mejores hijos, esposos, amigos y padres”.

Al vincular ese concepto con la paternidad refiere que un padre con las características citadas deja de ser un simple proveedor porque se convierte en un ser tolerante, respetuoso y, sobre todo, que se preocupa por la salud emocional de sus hijos.

“La paternidad en el enfoque tradicional se basa únicamente en la manutención, la disciplina a partir de la violencia, la escolarización y la salud física que muchas veces se limita a llevar a los hijos a hacer  deportes.

“Pero en el  abordaje de la nueva masculinidad la paternidad incorpora  la no violencia hacia los hijos, se le da seguimiento a sus actuaciones, y se respetan sus amigos y sus intereses”.

Morillo explicó que algo tan simple como los juegos de sus hijos debe ser tema importante para ese nuevo padre, “pues en la cultura dominicana los juegos de los niños  priorizan el yo, no lo  colectivo, y se promueve la violencia”.

Violencia de género.  Con relación a la violencia de género y a los feminicidios explicó que, una vez asume la nueva masculinidad, los sentimientos de posesión y las actuaciones violentas desaparecen paulatinamente. 

“Lo primero que debe hacer ese hombre agresor es reconocer la violencia, luego aceptar que es violento, para poder pasar a una etapa en la que descubre que ese comportamiento es aprendido y que como tal puede cambiarlo”.

Después de desmontarle los mecanismos de justificación se entra en una fase que se llama nacer de nuevo, en la cual se comprometen a no silenciar actos de violencia ni  permitir que se cometan contra  ningún niño o mujer, refirió.

Al referirse a ese cambio de mentalidad explicó que esa transformación no es difícil, que un hombre no deja de ser hombre porque respete más, porque sea más compresivo y amoroso con su esposa, o porque cocine para su madre y sus hijos.

Las claves

1.  Origen del tema

El  tema de la nueva masculinidad entra por una preocupación de un grupo de hombres y mujeres que habían visto la necesidad de que se trabaje con los hombres porque la violencia basada en género se había enfocado sólo en las víctimas, explicó Morillo.

2.  Los agresores

Después de esa reflexión es que se empieza a trabajar con los victimarios, porque el objetivo de todo esto es  trabajar con los agresores para mejorar la relación de los hombres con las mujeres.