POR MARIO MENDEZ
El presidente de la República Dominicana, ingeniero agrónomo Hipólito Mejía, promulgó ayer la Ley Sectorial de Aréas Protegidas. La ley fue inicialmente motivo de controversias, pero luego de modificaciones que le hizo el Poder Ejecutivo, fue aprobada por el Congreso Nacional el 22 del presente mes de julio.

El objetivo de la ley, según se ha planteado, es combinar el desarrollo turístico con la preservación del medio ambiente.

Al margen de la posiciones de defensores del medio ambiente, hay quienes entienden que detrás de la controversia que se presentó en principio en torno la ley, también se movieron intereses particulares.

Se explicó que así como hubo señalamientos atendibles en torno a la ley, de manera que se asegurara la convivencia del desarrollo turístico con el medio ambiente, por el otro lado, se hizo sentirse la oposición a la ley de empresarios del sector turístico que se resisten a que surjan nuevos polos de desarrollo que le hagan competencia a los existentes actualmente.

Se planteó que aprobada la ley, lo que se espera es que las autoridades, los empresarios que plantean hacer nuevas inversiones en el desarrollo turístico y los defensores del medio ambiente, se pongan de acuerdo para que la ejecución de la ley asegure la coexistencia del desarrollo turístico con la preservación del medio ambiente.

La una legislación sectorial sobre áreas protegidas  libere  algunas zonas de los parques nacionales en las que se pueda  reglamentar la  inversión hotelera para el desarrollo del turismo  y la creación de nuevas  fuentes de empleos en la provincia.

Sobre el tema de la ley de áreas protegidas han hablado diferentes personalidades, y en la mayoría de los casos se coincide en que esa ley debe asegurar un equilibrio entre el desarrollo turístico y la conservación del medio ambiente.

El  doctor Luis Muñoz Bryan, hizo recientemente algunos señalamientos que deben servir de guías para que inversionistas de la industria turística, las autoridades y los defensores del medio ambiente se pongan de acuerdo, para que la aplicación de la ley sectorial de áreas protegidas asegure un adecuado equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación de los recursos naturales del país.

Explicó el doctor Muñoz Bryan que se  debe tener en cuenta que la hotelería en los últimos anos ha sido el soporte de nuestra economía, aunque reconoció que también es importante mantener el  equilibrio ecológico, pero señalo que ecología e inversión hotelera pueden  convivir  en un espacio determinado con reglas predeterminadas y respeto a las leyes y disposiciones sobre la materia.

Sostuvo que el desarrollo del turismo  no tiene que ser a expensas de los recursos  naturales, sino procurando la  convivencia en armonía.

Estas inversiones, dijo, hay que fomentarlas,  apoyarlas, porque independientemente de la ecología que hay que preservar,  también esta el desarrollo  humano, y estas dos posiciones deben consensuarse, deben armonizarse,  deben coexistir, la ecología y el desarrollo  turístico».

Preguntado sobre los argumentos de quienes respaldan liberar  áreas de los parques nacionales para permitir la inversión hotelera, aprovechando modelos y experiencias en México, Europa y Estados Unidos, el doctor Muñoz Bryan considero que no creía que ningún proyecto de inversión turística se realice para destruir una área ecológica, ningún  recurso natural, y  lo hemos visto en otros países».

Citó el caso de la actual  autopista que unirá la Romana con San Pedro de Macorís, pasa cerca de las Cuevas de las Maravillas,  y esa obra no va a afecta ese recurso natural, sin embargo,  agrego,  puede ayudar a que mas gente conozca este pasado histórico de nuestra cultura precolombina y esto lo que tiene es que venir a fomentarse no a desaparecer».

Dijo estaba de acuerdo en que con reglamentos  y exigencias del  cumplimiento de las normas, pueden convivir perfectamente  en armonía las  inversiones hoteleras y los recursos naturales  expresaros en flora, fauna y testimonios históricos.

Afirmó que mas que convivir, desarrollo hotelero y  turístico y la conservación de la biodiversidad deben hacerse socios, porque el  desarrollo turístico, puede hacerse socio de la cultura de un pueblo, y las pinturas rupestres, las cuevas, las bellezas naturales, deben ser un aliado  turístico, por eso deben coexistir ambos.