Pronosticadores admiten que a menudo no dan en el blanco

Pronosticadores admiten que a menudo no dan en el blanco

Por: Sarah O’Connor

Los economistas han hecho muy poco para volver a ganar la confianza en los cinco años transcurridos desde que se les exigía que explicaran por qué nadie vio venir la crisis financiera.
Los informes de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) esta semana muestran que la economía británica continúa dejando perplejos a los practicantes de la tétrica ciencia.

El último informe de la OBR, un examen de los propios errores de pronóstico por parte de los reguladores fiscales, se centró en por qué el crecimiento económico había sido mucho más débil en los años después del 2010 en relación a lo que se había esperado.

Mientras tanto, el FMI aumentó sus previsiones relativas al crecimiento de Reino Unido para el 2013 y el 2014, ya que ha reconocido que la economía estaba en mucho mejor estado de lo que se avistaba unos meses antes.

La OBR y el FMI no son valores atípicos. Los economistas estuvieron colectivamente mal parados por el fracaso de Gran Bretaña en recuperarse rápidamente después de la recesión y que estaban mal parados nuevamente por el aumento repentino de este año. ¿Por qué la economía británica resulta tan difícil de predecir?

La emisión de pronósticos económicos nunca ha sido fácil. La OBR señaló que los errores en sus previsiones desde su creación en el 2010 habían sido, más que frecuentes, menores que los errores promedio en los pronósticos oficiales en los últimos 20 años.

Ben Broadbent, miembro del comité de política monetaria del Banco de Inglaterra, dijo en un discurso de este año: “Tenemos que aceptar que, en gran medida, muchos objetos de interés, incluyendo el crecimiento del producto interno bruto, son realmente impredecibles, comprendiendo al menos tanto ruido como una señal”.

Los momentos decisivos o puntos de inflexión, como el que ocurrió a principios de este año, pueden ser particularmente difíciles de prever.

Peter Dixon, economista del Commerzbank, dijo: “Me temo que todos somos como los cangrejos, en el sentido de que vamos hacia atrás: predeterminados a proyectar la tendencia más reciente a los próximos trimestres. “Seguimos estando muy sorprendidos por la magnitud de la recuperación.”

Además de eso, los economistas de todo el mundo han tenido que hacer frente a lo que Broadbent llama un “cambio estructural”: una crisis financiera sin precedentes, las consecuencias económicas de las cuales todavía nadie entiende completamente.

La economía británica ha confrontado una ruptura de las tendencias del pasado en varios aspectos. El fenómeno más desconcertante ha sido una caída repentina en la productividad de los trabajadores. Steve Nickell, miembro del comité de responsabilidad presupuestaria de la OBR, dijo que este misterio era un gran problema para los pronosticadores.

“Si bien hay una gran cantidad de teorías sobre el llamado rompecabezas de la productividad, lo que todavía no ha habido es una explicación muy coherente”, dijo. “Si no se entiende muy bien lo que está sucediendo ahora, es muy difícil hacer la emisión de un pronóstico.”

Pero también hay razones para ser cautos antes de declarar que algún pronóstico puede ser definitivamente exacto o inexacto: ellos están siendo juzgados contra un primer bosquejo de la historia económica.

Los oficiales del país que emiten y manejan las estadísticas siempre están revisando y refinando la data que ha sido publicada anteriormente.

Por ejemplo, el año pasado la OBR pensó que sus pronósticos de financiamiento hasta 2011-12 habían sido correctos, a pesar de que sus previsiones del crecimiento real se habían equivocado, porque el crecimiento en la economía monetaria se había mantenido cerca de su pronóstico.

“Pero gracias a nuestros buenos amigos de la Oficina Nacional de Estadísticas, lo que es todo lo contrario ahora, resulta ser cierto durante el mismo período de dos años”, dijo Robert Chote, director de la OBR, en una conferencia de prensa – bajo una cascada de risas.

La data puede seguir cambiando durante años. Las revisiones de la ONE hicieron que este año se muestre que la recesión de 1990 fue, de hecho, casi de la mitad de profundidad de lo que se pensaba en 1992, y significativamente más corta.

Para Chote, que sirve como un buen recordatorio para no comprometerse en demasiada “autocomplacencia o autoflagelación” sobre la exactitud de los pronósticos de uno.

“La historia está siendo reescrita año tras año, incluso dos décadas más tarde”, dijo. El organismo regulador absuelve la austeridad de la culpa de Osborne: OBR.

La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria no cree que la política de austeridad de George Osborne sea la culpable de los malos resultados económicos de Reino Unido tras las elecciones del 2010.

El organismo de control fiscal ha reiterado su juicio del año pasado que el programa de austeridad de la Canciller “no era la razón más evidente” de que la economía, hasta hace poco, había sido muy débil. El Fondo Monetario Internacional redujo su crítica de la austeridad de Reino Unido el martes.

La OBR dijo que la principal razón para el crecimiento decepcionante ha sido la falta de inversión de las empresas después de la crisis. En el 2010, la OBR pensó que la inversión empresarial real -después de caer por un trimestre durante la recesión- volvería a los niveles previos a la crisis en el segundo trimestre del 2013, en línea con las recuperaciones anteriores.

En cambio, ha bajado otro 10%. Esto podría reflejar ingresos débiles, pobre disponibilidad de crédito, o aversión de riesgo, a medida que la crisis de la eurozona se encendía. El gasto de inversión también ha sido muy débil en términos de efectivo.

Debido a que la inversión empresarial es ligeramente fiscalizada, lo que ayuda a explicar por qué las finanzas públicas no se han deteriorado tanto como la economía y por qué las previsiones de financiamiento de la OBR no han sido tan imprecisas como sus previsiones de crecimiento.

Un aumento del 1% en el consumo privado aporta aproximadamente £750 millones a las arcas del gobierno, dijo la OBR. Un aumento similar en la inversión probablemente costaría dinero al gobierno, ya que permitiría que las empresas utilicen más las permisiones fiscales.

La OBR lleva a cabo una investigación detallada cada año sobre dónde y por qué sus previsiones han ido mal, a fin de “convencer a la gente de que esta refleja un juicio profesional desapasionado y no por hacerse ilusiones políticamente motivadas”..

Publicaciones Relacionadas

Más leídas