MIAMI (EFE).- Hasta cuatro huracanes de gran intensidad podrían formarse durante la temporada de ciclones en el océano Atlántico que comienza oficialmente mañana, 1 de junio, y que concluye como cada año el 30 de noviembre.

Diversos meteorólogos y servicios nacionales coinciden en que será una temporada «ligeramente superior al promedio», en la se prevén entre seis y ocho huracanes -de los que entre dos y cuatro podrían ser mayores-, y entre doce y quince tormentas tropicales.

Una temporada de huracanes «superior a lo normal» en el Atlántico puede registrar entre diez y 19 tormentas tropicales, de las que entre seis y doce se convierten en ciclones y dos o cuatro de ellos en «sistemas mayores», de acuerdo a Administración Nacional para los Océanos y la Atmósfera de EEUU (NOAA),

Para los especialistas de ese organismo, existe un 50 por ciento de probabilidad que la temporada de este año sobrepase al promedio, un 40 por ciento de que sea «cerca de lo normal» (seis a catorce tormentas tropicales y entre cuatro y ocho huracanes) y 10 por ciento de que sea menor.

Según las estadísticas del NOAA, desde 1995, con la excepción de 1997 y 2002, todas las otros temporadas han tenido «actividades superiores al promedio».

Por su parte, el pronóstico anunciado por el equipo de meteorólogos dirigido por William Gray, de la Universidad de Colorado y considerado «el gurú de los huracanes», indica que este año habrán catorce tormentas tropicales y ocho huracanes, tres de ellos de gran intensidad.

Gray especificó que los tres ciclones mayores superarán la categoría tres (con vientos superiores a 180 kilómetros por hora).

Los huracanes y tormentas tropicales de la temporada son medidos mediante la escala Saffir-Simpson, que clasifica como tormenta a los sistemas que tienen vientos entre 63 y 117 kilómetros por hora (Kmh) y a los huracanes en cinco categorías que empiezan con ciclones de vientos de más de 118 Kmh y finalizan con los que tienen más de 250 Kmh.

El equipo del profesor Gray afirma, asimismo, que la posibilidad de que este año un huracán de gran intensidad toque territorio estadounidense es de 71 por ciento, en comparación con el promedio histórico de 51 por ciento.

Para la costa oeste, donde Florida y los estados más sureños son los que corren más riegos, la posibilidad de esa amenaza es de 52 por ciento en comparación con un promedio histórico de 31 por ciento.

Para la costa del golfo de México la probabilidad es de 40 por ciento, en comparación con el 30 por ciento histórico

Según las proyecciones del NOAA, las plantas de gas natural y pozos y refinarías de petróleo estadounidenses y mexicanas, tanto en terrestres como marítimas, en la costa del Atlántico como en el golfo de México, deben tomar precauciones frente a la actividad ciclónica durante esta temporada.

El NOAA advirtió especialmente a los pozos marítimos en las costas frente a los estados de Texas y Luisiana.

Los meteorólogos estadounidenses exhortaron a todas las personas en las zonas que podrían ser afectadas, a «tomar muy en serio las amenazas de los huracanes».

«Es verdad que tenemos métodos cada vez mejores y más exactos, pero nunca hay que dar por sentada una predicción y estar atentos a sus actualizaciones», manifestó a EFE Max Mayfield, director del Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami y que forma parte del NOAA.

«Estamos en capacidad de prever con mucha exactitud el trayecto de un huracán, pero predecir su intensidad sigue siendo un problema difícil», señaló el meteorólogo.

Durante 2003, los fenómenos meteorológicos asociados a la temporada de huracanes causaron la muerte de 48 personas y miles de millones de dólares en pérdidas en EEUU, el Caribe y Centroamérica, según el CNH.

Asimismo, durante ese lapso se formaron catorce tormentas tropicales y dos fuera de ella.

Los huracanes el pasado año fueron cuatro y dos de ellos fueron de gran intensidad y alcanzaron la categoría cuatro y cinco de la escala Saffir-Simpson. EFE