El FMI se autocrítica, admite que en los últimos cuatro años se ha equivocado con demasiada frecuencia, pasa lo mismo con los pronósticos de los bancos centrales, la diferencia es que no se autoevalúan. En el centro del problema está el modelo mecánico que usan, no capturan los frecuentes cambios de coyunturas y no hay manera de incorporarle al mismo tiempo el comportamiento de bancos comerciales y clientes, para entender cómo responde la producción y el empleo. La verdad es que los economistas, a pesar de teorías complicadas y muchas matemáticas que escriben, no han podido desarrollar un modelo que combine la producción de los diferentes sectores de la economía con el sector financiero y sus complejidades, el que lo haga tiene asegurado el Premio Nobel.
El FMI, basado en su modelo mecánico y con la política de ganar credibilidad, la que perdió desde el 2007, con su tercer pronóstico describe un panorama de la economía mundial que considera realista, un crecimiento de 3.3% para 2014 y 3.8% el 2015, pero a América Latina y el Caribe le va peor, estima 1.3% y 2.2% respectivamente. Teme que impacten negativamente la nueva política monetaria en los Estados Unidos, desde octubre la Reserva Federal deja de emitir inorgánicos, lo ha venido haciendo desde hace años, pero tampoco quiere minimizar riesgos geopolíticos, ambos combinados podrían elevar la tasa de interés internacional, desencadenar aumentos bruscos en el precio de los combustibles y crear problemas en el comercio mundial.
Consideraciones que se debe tener presente, porque al igual que el FMI, nuestro Banco Central usa un modelo mecánico para pronosticar que el PIB crecerá 5% en 2014 y 2015. Nos dice que aún aumentando la tasa de interés internacional y el precio de los derivados del petróleo, la tasa de expansión del PIB será dos veces y algo más la de América Latina y el Caribe. Dicho de otra manera, asume que el barril del petróleo West Texas Intermediate (el que Industria y Comercio usa como referencia para calcular los precios semanales) promediará US$98.1 y US$92.1 en 2014 y 2015; es decir, apuesta a que la cotización se mantendrá por debajo de US$100/barril.
Un supuesto optimista del que se aleja el FMI porque se basa en la tendencia hacia la baja de los últimos meses, que los expertos consideran coyuntural, por ser consecuencia del exceso de oferta de crudo, entre otras razones, porque los Estados Unidos, para cuidarse de las amenazas de Venezuela, producen petróleo y exportan como nunca e importan mucho menos, y por el bajo crecimiento de la economía mundial. Explica la reducción del Brent (el de referencia internacional) de US$115 dólares el barril en junio a US$91.48 a finales de septiembre. También para cambiar la tendencia negativa la OPEP reducirá la oferta de crudo, su objetivo será mantener el precio sobre US$100/barril. También será realidad el aumento de la tasa de interés internacional, aunque nadie sepa a partir de cuándo. Por ambas razones, lo prudente es que nuestro modelo mecánico revise el pronóstico de crecimiento del PIB, por lo menos para el 2015, lo que implicaría cambios en el Presupuesto General del Estado. Aunque sea como ejercicio, porque además sería la manera dominicana de autocríticarnos.