Propaganda política

Propaganda política

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Todo dominicano que tenga amor y que le duele su país debe haber leído con honda preocupación y mayor disgusto, la información aparecida en el matutino Listín Diario el día jueves 22 del mes que discurre, en su primera página, en la cual se lee: «Hasta diciembre, partidos políticos gastan más de 300 millones en promoción».

Lo peor del caso es que esta gran suma de dinero corresponde sólo a los tres partidos políticos llamados mayoritarios, sin que la misma sea exacta, ya que es superior a ese monto. ¿Hasta cuándo los ciudadanos de nuestro país van a permitir que el dinero que pagan de impuestos sea utilizado para promocionar personajes políticos y sus partidos?

Lo peor del caso sobre la denuncia precedente, es que todavía la Junta Central Electoral (JCE) no ha abierto formalmente la campaña presidencial para el año 2008. Si esto es el preludio de estos gastos superfluos ¿Cuánto gastarán todos los partidos políticos que tercian en las elecciones hasta el 16 de mayo? Creemos, que pasadas las fiestas navideñas y de Año Nuevo, el escenario político se recrudecerá, a tal punto que los que no participan activamente en política, estarán hastiados de ver las mismas caras sonrientes, los mismos spot televisivos y los consabidos eslogan que repiten no sólo en la radio, sino hasta en los juegos de béisbol que se transmiten por televisión, lo cual me ha llevado a presenciar los juegos en «mute», para no escuchar tal o cual candidato se ponchó, como lo acaba de hacer el bateador de turno.

Aunque lo hizo un poco tarde, ya que esperó que arrancara la promoción política sin ponerle coto desde sus inicios, la JCE deberá jugar un papel de suma importancia para que en elecciones posteriores no se bombardee desde seis o siete meses antes al pobre elector con una agresiva propaganda que, a mi entender, le hace más daño a los candidatos que bien a la hora de depositarse los votos en las urnas, ya que la ciudadanía ha sido acosada hasta el «hartazgo» de escuchar las bondades de los sonrientes candidatos que prometen, prometen, prometen y luego, cuando alcanzan el poder, no cumplen. Las encuestas que periódicamente se realizan deberían indicar, en vez del grado de preferencia del candidato, los incumplimientos de los ofrecimientos hechos en campaña. Estoy seguro, que si se ejecuta este balance, muchos candidatos que obtuvieron la presidencia, quedarían descalificados para tratar ser la cabeza del Poder Ejecutivo.

Los gastos han sido tan desmesurados, que figuras desconocidas, aprovechando los jugosos recursos que suministra la JCE, los han utilizado para darse a conocer, porque eran candidatos anodinos que de no contar con esos fondos, nadie los hubiera tomado en cuenta. Para muestra, vamos a referirnos a dos casos que sucedieron en las pasadas elecciones. El Partido Renacentista (PR) llevó a Juan Mateo (Pelón) como candidato a la vicepresidencia y recordamos que la votación que obtuvo ese partido fue de 0.03%. Igual sucedió con la candidatura del doctor Trajano Santana, del Partido Revolucionario Independiente (PRI), organización política que gastó más de veinte millones de pesos en promocionar este aspirante al colocar vallas gigantescas con su efigie y no obtuvo siquiera un 2%.

En una entrega en que abordáramos este tema de la promoción política, expresábamos que los candidatos deberían emprender acciones que los ciudadanos recordasen con fruición y que no los denigre, como es la repartidera de fundas, cajas, gallinas, cerdos y la tiradera de papel moneda. En ese sentido y tomando en cuenta la situación calamitosa que vive el país después de la tormenta Noel, podrían reconstruir puentes pequeños que han aislado comunidades. Reparar caminos vecinales y de penetración, asimismo planteles escolares, clínicas rurales, dispensarios médicos, etc. Del mismo modo, qué mejor inversión que proporcionar vacunas contra los diferentes brotes epidémicos que hemos sufrido. Da vergüenza que sea el gobierno de los Estados Unidos de América el que nos tenga que hacer este tipo de donación. Los que perdieron todo necesitan camas, colchones, utensilios de cocina, etc. ¿Por qué no acuden los partidos políticos en su ayuda? Es bien conocida las precariedades que tienen nuestros centros hospitalarios de medicamentos y materiales farmacéuticos para dar servicio a los ciudadanos de mayores necesidades. Estamos seguro, que si un paciente recibe un medicamento que no puede comprar y se lo suministra un candidato, éste, si es agradecido, de seguro votará por él.

Un país pobre como el nuestro, no se puede dar el lujo de dilapidar los pocos recursos que recibe, ni la ayuda exterior o los préstamos internacionales, en financiar partidos políticos que utilizan esos recursos en acciones banales, o en promocionar candidatos cuyos discursos, la mayoría de las veces, se limitan a prometer. En lugar de elaborar promesas, es mejor gastar ese dinero en acciones que sirvan de provecho a la ciudadanía y algunas hasta que tengan una larga permanencia, como son las reparaciones de escuelas, hospitales, clínicas, puentes, caminos de penetración y otras necesidades perentorias que muchas veces las autoridades no se percatan. Partidos políticos y políticos, lleven a cabo su promoción, mas sobre la base de obras necesarias y si es posible, perdurables.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas