Santiago de Chile. La propiedad intelectual, las inversiones y los asuntos laborales son los temas claves para Chile en el Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio (TPP) que actualmente negocia con otros once países y que comprende un total de 23 capítulos.
A pesar de la dimensión relativamente pequeña de su economía, Chile es el único de los doce países que trabajan en este proyecto de integración en la región Asia Pacífico que mantiene acuerdos comerciales con todos los demás, lo cual le otorga una importancia estratégica.
El rumbo de estas conversaciones, sin embargo, está condicionado por la negociación bilateral -especialmente en materia de acceso a mercados- que mantienen Japón y Estados Unidos, las dos grandes potencias en este proyecto, explicó hoy el director general de Relaciones Económicas Internacionales de Chile (Direcon), Andrés Rebolledo.
El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet ha decidido realizar una revisión exhaustiva del alcance que podría tener para Chile el eventual acuerdo del TPP (Trans Pacific Partnership), cuyas negociaciones empezaron en 2010.
Para ello, ha resuelto iniciar un proceso de apertura de la negociación en el cual participan un centenar de organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y los sindicatos, además de los legisladores.
“La transparencia debe ser una prioridad en las negociaciones comerciales”, enfatizó Rebolledo en un encuentro este viernes con prensa internacional. Los ejes principales de la política en materia de comercio internacional del Gobierno chileno son dar un impulso económico-comercial a la relación con los países de América Latina, aprovechar mejor los tratados ya suscritos y negociar con nuevos socios comerciales.
Entre las prioridades de la Administración Bachelet en este ámbito también figuran la apuesta por el sistema multilateral de comercio, el apoyo de la actividad exportadora a la reactivación económica del país y dar cabida a la sociedad civil en los procesos de negociación.
“Somos un país que respira comercio internacional”, enfatizó el responsable de la Direcon, en alusión a la apertura protagonizada por el país sudamericano que le ha llevado a aumentar 58 veces el valor de sus exportaciones en las últimas cuatro décadas y que muestra el cambio estructural en su economía.
Chile ha planteado que la Alianza del Pacífico -iniciativa de integración regional formada por Chile, Colombia, México y Perú- y el Mercosur hagan un esfuerzo de entendimiento e incluso ha solicitado que ambos bloques celebren una cumbre de presidentes para abordar el tema. “Un tema fundamental es la posibilidad de que exista un diálogo subrregional entre proyectos que hoy días tienen distinto carácter”, señaló Rebolledo.
Y aunque por el momento no ha sido posible llevarla a cabo, al menos se están dando pasos encaminados hacia ese propósito, como el seminario que el próximo 24 de noviembre celebrarán en Santiago cancilleres, empresarios y académicos de los países que conforman ambos bloques.
Esta será la primera cita de alto nivel entre los dos organismos, si bien ya han mantenido conversaciones para avanzar en áreas como aduanas, circulación de personas y facilitación del comercio.
En todo caso, el actual Gobierno chileno considera que “el refuerzo de la institucionalidad de la Alianza del Pacífico debe concentrarse en lo comercial».
A diferencia de la Administración de Sebastián Piñera (2010-2014), partidario de convertir este bloque en el modelo de integración regional, el Ejecutivo de Bachelet considera que la Alianza del Pacífico debe circunscribirse a lo meramente económico.
“Para lo político ya existen otras instancias, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)”, argumentan en el Ejecutivo.