Propiedad terrenos suscita  polémica

Propiedad terrenos suscita  polémica

MEXICO, (EFE).- La propiedad del terreno que alberga el sitio arqueológico maya de Chichén Itzá, cuya pirámide al dios Kukulkan es ahora una de las nuevas siete maravillas del mundo, es fuente de controversia en México por estar en manos de particulares.

La zona de las ruinas, en el estado mexicano de Yucatán (sureste), tiene 15 kilómetros cuadrados, y es propiedad de seis particulares y tres comunidades indígenas.

Diversas voces han considerado en los medios la posibilidad de que el Gobierno de México expropie los terrenos, aunque las ruinas arqueológicas ya son propiedad nacional.

El director del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH), Alfonso de Maria y Campos, afirmó esta semana que “la expropiación puede ser una posibilidad”, pero que se barajan otras opciones, como el intercambio de terrenos.

Mencionó también que las autoridades ofrecieron en septiembre de 2006 unos ocho millones de pesos (726.000 dólares, 530.000 euros) por los terrenos y no recibieron respuesta.

“Se ha hablado de la venta, pero no es una de las avenidas con mayor futuro ni para la zona arqueológica, ni para mí, ni para el Gobierno federal”, dijo en entrevista con Efe el propietario de la mayoría de las tierras, Hans Thies Barbachano.

Las 59,7 hectáreas que posee le fueron legadas por su abuelo Fernando Barbachano, fallecido en diciembre de 2006, cuya familia las compró a mediados del siglo pasado a los herederos del arqueólogo y diplomático estadounidense Edward Thompson.

Thies Barbachano negó que pida 750 millones de pesos (68 millones de dólares, 50 millones de euros) por el terreno, como se publicó en la prensa.

El propietario reconoce conversaciones con el INAH y “distintos organismos”, pero prefirió no adelantar nada ya que aún no han alcanzado “madurez».

El heredero calificó su relación con el Gobierno mexicano de “productiva”, y consideró la expropiación “un camino innecesario».

“Cualquiera que sea el destino final de los terrenos, se va a conservar el respeto al sitio arqueológico y a los intereses de la nación”, afirmó.

Su familia, añadió, lleva protegiendo el patrimonio “durante cuatro generaciones” y “lo ha demostrado».

El abogado Gabriel Abdalá, que fue representante legal de Fernando Barbachano, representa ahora también a Thies Barbachano, únicamente en cuanto a la propiedad de los terrenos.

“No veo sentido a expropiar porque no es una causa de interés público”, argumentó.

 Su premisa es que las ruinas pertenecen al Gobierno federal y el INAH ya tiene la potestad sobre su conservación y custodia, así como del cobro del acceso.

Abdalá citó un amparo judicial federal de 2004 que otorgó la propiedad de las 59,7 hectáreas a su fallecido cliente.

El jurista recordó también que éste ofreció hace unos seis años donar sus terrenos al Gobierno mexicano, pero no se aceptó.

La otra batalla del letrado es la exigencia al gobierno local de Yucatán del pago de los beneficios que éste ha obtenido con la venta de entradas a la zona arqueológica.

Anualmente visitan Chichén Itzá 1,2 millones de turistas, según el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), pero la categoría de maravilla mundial podría duplicar esa cifra en cinco años.

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