Propiedades en confusión

Propiedades en confusión

Las abruptas tomas de terrenos en áreas rurales y suburbanas –en desconocimiento de regulaciones vigentes- y las alteraciones de escrituras en desmedro de legítimos derechos de posesión, ponen en entredicho la seguridad jurídica en ámbitos inmobiliarios.

Súbitos reclamos sobre bienes elevados por abogados de asidua incursión en litigios por predios crean incertidumbre y ponen en riesgo de despojo a quienes han demostrado ser los verdaderos dueños, reconocidos y fuera de dudas como tales en sus mismas jurisdicciones, con amparo de títulos de demostrada autenticidad.

Inversiones locales y de procedencia extranjera orientadas a la agricultura y al turismo han sido puestas en aprietos. Ahí está el registro de casos alarmantes y pendientes de actuaciones de autoridad.

La alteración de documentos y las embestidas de invasores han estado manifestándose a la caza de oportunidades, haciendo provecho de debilidades de mecanismos estatales que deben hacer valer documentos que amparan usufructos de bienes raíces. La tierra pretendida como botín mediante subterfugios y acciones de fuerza para enajenar espacios.

Los esfuerzos institucionales por rodear de garantías la tenencia fuera de áreas urbanas, incluso con asistencia de agencias internacionales, no han sido de suficiente protección a los patrimonios ni a su aprovechamiento en proyectos de desarrollo que convienen al país.

Facilidades para aviación turística

Como tierra encantadora por sus paisajes, playas y cálido clima, República Dominicana viene a ser un destino deficitario en el ámbito del turismo que practican, desde países desarrollados, los viajeros de aviones propios. Esos que llenan otros lugares de la región que no la superan en condiciones.

La única razón para preferir masivamente otros puntos antillanos es que se les recibe mejor en tramitaciones burocráticas, sin someterlos a pagos desmesurados. Ninguna autoridad de las pequeñas localidades cercanas de esta atractiva región osa aplicarles tasas irracionales ni fastidiosas exigencias a su llegada a aeródromos domésticos.

Los excursionistas de avionetas prefieren lares en los que no les agüen la fiesta causándoles mala impresión. Que no los espanten con complicaciones que hacen caer el índice de retorno al “paraíso”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas