Propietarios flotas comerciales reflexionan sobre cambio al GNC

Propietarios flotas comerciales reflexionan sobre cambio al GNC

Es poco lo que hay que diferenciar de los camiones que ruedan hacia y desde la estación de AT&T en Palmdale, California, si se toman en consideración los millones de otros vehículos comerciales que transportan equipos a lo largo de las carreteras alrededor de Estados Unidos.

Pero ese poco se refiere a una señal en los laterales de muchos de los vehículos de la compañía de telecomunicaciones que revela una diferencia significativa. «Tecnología verde», es lo que proclama dicha señal. «Vehículo que funciona con gas natural».

AT&T, que opera miles de vehículos de la marca Ford y de la General Motors convertidos para funcionar con gas natural comprimido, es típico de los clientes que se han cambiado al combustible para mover sus flotillas. Las camionetas son lo suficientemente grandes para acomodar pesados tanques de gas ocultos bajo el piso.

Estos vehículos cubren suficientes millas por el bajo costo del gas natural a fines de justificar los costos más altos en la compra de los vehículos. Los depósitos también alojan estaciones de abastecimiento de GNC, liberando a las camionetas de la dependencia de una red dispersa de sitios públicos de abastecimiento de combustible.

La pregunta es si la tecnología, a diferencia de otras alternativas tradicionales para la gasolina y el diesel, puede establecerse como económicamente viable. Es probable que represente un desafío importante, dice John O’Dell, editor de autos “verdes” de Edmunds.com, el sitio de información de vehículos.

«El motor de gasolina ha sido bastante perfeccionado», dice O’Dell. «Es un camino duro de roer para tratar de reemplazarlo».

Sin embargo, el GNC tiene mejores herramientas para hacer frente a las rutas de acceso frente a muchas otras alternativas. El exceso de gas que se ha extendido en el mercado de EEUU después de una adopción generalizada de las nuevas técnicas de perforación ha enviado al desplome el precio del producto.

Los fabricantes estiman que el equivalente de gas natural de un galón de gasolina cuesta alrededor de 1.25 dólares, frente a casi US$3.40 en la actualidad para la gasolina en gran parte de EEUU.

Igual de importante, los precios del gas ahora son tan estables que los proveedores están dispuestos a firmar contratos de precio fijo por un periodo de tiempo tan largo como una década.

«La eliminación de la volatilidad es realmente lo que está atrayendo a los clientes», dice Jon Coleman, gerente de sustentabilidad de ventas de flotas de Ford.

El gas natural puede funcionar en motores normales «fortalecidos» para hacer frente a esto. El gas natural produce temperaturas más altas que los combustibles líquidos, pero también proporciona menos lubricación natural a las piezas del motor.

Algunos países de Asia y Europa, en particular Italia, tienen un largo historial de uso exitoso del GNC para el funcionamiento de algunos vehículos de carretera, aunque con los precios europeos del gas ahora mucho más altos que en EEUU, el interés allí en este está actualmente acallado.

«Los motores de gasolina que han sido fortalecidos pueden bien no tener problemas de durabilidad del motor cuando los convierten a GNC», dice Mark Maher, ingeniero jefe de integración del sistema de propulsión de GM.

Conjuntamente con el ahorro de combustible, los operadores de vehículos de GNC producen alrededor de un 30% menos de emisiones de gases de efecto invernadero en relación a los vehículos de combustible convencional, y dependen de un producto local, en lugar de un producto importado.

Esos factores juntos hacen que la economía del GNC sea mucho más «sencilla» que la de los autos eléctricos, de acuerdo con Coleman. «Un combustible que reduce su rastro de carbono, que reduce su dependencia del petróleo extranjero y que reduce también sus costos, se vuelve muy, muy atractivo».

No obstante, dando una mirada a la camioneta Ram 2500 con equipo de GNC de la marca Chrysler ilustra un gran reto. Incluso almacenado en 3,600 libras por pulgada cuadrada, el gas ocupa cinco veces el espacio de un tanque de gasolina similar. Los cilindros de gas llenan casi la mitad de la cama trasera del transporte de carga de un camión.

El tamaño de los tanques «favorece a los grandes vehículos comerciales”, de acuerdo a Pablo Nahra, especialista técnico senior de BorgWarner, un proveedor de componentes del sistema de propulsión. «Ellos tienen el tamaño para dar cabida a estos grandes tanques», dice.

Los usuarios comerciales pesados también tienden a registrar el kilometraje necesario para pagar el equipo de GNC. La conversión cuesta alrededor de US$6,000 para una camioneta Ford F150, según Coleman, y los costos de operación son de alrededor de 10 centavos de dólar por milla más baratos.

«Tienen que correr 60,000 millas en gas natural para recuperar la inversión», dice Coleman. «Tenemos clientes con flotas que los vehículos hacen eso en dos años o menos».

Más significativamente, la escasez en las estaciones de llenado de GNC de gran parte de EEUU implica que los operadores se resisten a correr los vehículos que siguen rutas impredecibles o que están a gran distancia de los depósitos de GNC de su punto de partida.

Hay solo un poco más de 400 estaciones públicas de GNC en todo Estados Unidos, frente a 850 en Italia.

«Si el GNC estuviera disponible sin restricciones, creo que tendría una influencia positiva en la gran demanda», dice Maher.

A pesar de que la demanda de los vehículos con GNC está aumentando rápidamente, las cifras globales siguen siendo pequeñas. Ford espera vender 15,000 vehículos con GNC listos este año, dice Coleman.

La cifra es cinco veces el número vendido en el 2010, pero solo una pequeña fracción de los 2.4 millones de vehículos de la empresa se venderán este año en Estados Unidos. Los números están, sin embargo, creciendo más rápido. Nahra y muchos otros observadores esperan que la tecnología ascienda a un 10% de las ventas de vehículos comerciales de Estados Unidos a finales de esta década. «La atracción es para aquellos que realmente pueden tomar ventaja del ahorro de los costos», dice Nahra.

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