La disfuncional justicia dominicana dispuso la libertad de los señores Víctor Díaz Rúa y Ángel Rondón, modificando las medidas de coerción que, para ambos, incluían su permanencia en prisión.
El señor Rondón es pieza clave en el intrincado proceso, porque públicamente admitió haber recibido 92 millones de dólares de la firma Odebrecht “por servicios prestados”; lo que no dijo, ni diría jamás, fue cuáles fueron esos servicios porque él entiende, con sobradas razones, que hasta el más ignorante de los dominicanos sabe que su trabajo fue repartir gran parte de esos más de 3,500 millones de pesos entre legisladores y funcionarios de los gobiernos de turno para favorecer a su benefactora Odebrecht con obras del Estado.
Quise conocer con precisión la etimología, origen y actual definición de los términos “propina”, “soborno” y “cabildeo” sorprendiéndome lo detallado que están expuestos en la internet, especialmente en el sitio web Wikipedia, con sinónimos, aplicaciones, dibujos y fotos de las numerosas formas de dar o recibir dinero encima o por debajo de la mesa, envuelto entre los dedos, en sobres y funditas, etcétera. Esto así, procurando entender por qué, aparentemente el señor Rondón se siente confiado en que finalmente será declarado inocente, pues luce convencido de que dar propinas no es un delito, el soborno no hay cómo probarlo sin documentos, fotos o grabaciones y el cabildeo (lobby) es legal en Estados Unidos, Inglaterra y otros países y nadie podrá probarle que él no es un Batman, Supermán, Capitán Maravilla, Hombre Araña, Iron Man o cualquier otro súper héroe y por eso Odebrecht paga súper-servicios con súper-propinas de hasta 92 millones de dólares.