Un estudio preparado por el economista Eduardo Tejera propone la reestructuración y traslado de los certificados de participación del Banco Central a Bonos de Saneamiento Bancario del Gobierno Central, a mediano y largo plazo, dentro de una solución de mercado.

Tejera plantea que esta medida debe aplicarse en base a un consenso entre el sector público y el sector privado, del cual también participe el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La propuesta de Tejera consiste en convertir los Certificados en Bonos de Saneamiento Bancario, aprobados por el Congreso, pagaderos en principal e intereses en cuotas trimestrales y semestrales, dividida la emisión en ocho escalas por montos, con diferentes vencimientos de mediano y largo plazo.

«Sería sacar los CPBC del Banco Central y convertirlo en deuda pública, bajo determinados mecanismos que hagan a estos nuevos Bonos seguros, confiables, garantizados quizás por un organismo internacional como el BID, con un mecanismo de pago de cuotas automático y que en vez de necesitar RD$46,000 millones al año en intereses, sin bajar el principal», explica.

Para la implementación de la propuesta, Tejera sugiere crear por Resolución de la Junta Monetaria, dentro de las facultades de la Ley Monetaria, una Corporación de Recuperación de Activos y Saneamiento Bancario (CRASB), como institución autónoma del Banco Central, pero administrada colegiadamente por un Consejo de Directores, compuesto de dos miembros de la Junta Monetaria, dos funcionarios del Banco Central, cuatro personalidades notables de la vida nacional, abogados, economistas, empresarios y con un Contralor independiente. Tendrá un Director Ejecutivo, designado por el mismo Consejo de Directores y contará con un Reglamento y su propia contabilidad.

El Banco Central le traspasará todos los activos de los tres bancos quebrados a esta Corporación, con la finalidad que lleve a cabo todas las acciones de cobros, litigios, recuperaciones, ventas de activos, venta de carteras y cualquier actuación destinada a recuperar los bienes directos e indirectos de los tres bancos y sus dueños, de conformidad con la sentencia que finalmente dicte los Tribunales del país. La CRASB actuará en forma fiduciaria en nombre del Banco Central y del gobierno Dominicano.

Al mismo tiempo, la propuesta de Tejera contempla que el Banco Central le traspasará todos los Certificados de Participación, para que en lo adelante sean administrados, pagados y redimidos por la CRASB.

Para pagar las cuotas de principal e intereses de la emisión de Bonos de Saneamiento bancarios, la CRASB se nutrirá de primero de recursos mensuales asignados en el Presupuesto Nacional cada año y, segundo, de los recursos de recuperación de préstamos, ventas de activos e ingresos que tenga de los activos de los tres bancos colapsados.

En caso excepcional y necesario, el Banco Central le podrá adelantar recursos a la CRASB, en calidad de crédito, para cubrir si fuera el caso cualquier faltante de liquidez en un momento determinado, de manera, que los tenedores siempre tengan asegurados, el pago puntual de sus cuotas de principal e intereses.

De acuerdo a la propuesta, el Gobierno dominicano realizaría una emisión especial por el monto de todos los Certificados, denominados, Bonos de Saneamiento Bancario, compuesto de ocho categorías por escalas de montos, de menor a mayor cantidad y a distintos plazos e intereses, según el monto de las inversiones y la escala que finalmente se apruebe.

Los Bonos serían garantizados por el Estado, se trataría de obtener una garantía del BID o algún organismo internacional, en calidad de apoyo a la reforma y saneamiento del sector financiero.

Plantea que un aval del BID sería muy beneficioso para hacer la oferta más atractiva y aumentar su credibilidad.

Se crearía un mecanismo para que el Banco de Reservas pague puntualmente las cuotas de principal e intereses de un Fondo de Pagos, que se nutrirá de los aportes mensuales directo del Presupuesto del Gobierno.

Los Bonos deberán tener, según la propuesta de Tejera, características de mercado, como negociables, sirvan para garantías bancarias, una tasa de interés libre de impuestos y alguna proporción de los mismos, quizás hasta un 20% de la emisión, sirva para el encaje legal de los bancos.

Tejera plantea que las escala, montos, vencimientos e intereses se podrían modificar para hacerlos más negociables y atractivos. El objetivo es que se puedan redimir las inversiones de montos más bajos en menor tiempo y las grandes montos a mayor tiempo.

Plantea que la Junta Monetaria, por medio de una Resolución especial complementaria, le podría otorgar a los Bonos las condiciones e incentivos particulares para viabilizar su compra o mantenimiento sin que afecte su estabilidad financiera, liquidez y rentabilidad bancaria normal.

Sobre el particular, Tejera plantea que la Junta Monetaria podría llegar a un acuerdo con los bancos e instituciones y disponer que un porcentaje, de 25% a 50%, sean sujeto del efectivo para cumplir con el encaje legal.

Tejera precisa en su propuesta que cualquier negociación con los bancos debe ser sobre la base consensuada, sin que le afecte la rentabilidad y liquidez de las instituciones. Debe ser negociado de mutuo acuerdo velando por el fortalecimiento de la banca y el interés macroeconómico.