POR ALEIDA PLASENCIA
El empresario Celso Marranzini propuso a las autoridades que discutan seriamente una política de desmonte de los impuestos que, como la comisión cambiaria, afectan negativamente el inicio del proceso de producción de los sectores productivos. Dijo, además, que hay una serie de impuestos y elementos, tales como los gravámenes a los bienes de capital, las altas tasas de interés y la carestía de los fletes marítimos y terrestres, que lesionan significativamente el inicio del proceso de producción.

Expresó también que toda esa situación es un castigo a los sectores productivos y que merma considerablemente la competitividad del país.

Otros elementos que, según Marranzini, afectan el proceso de producción, son el gravamen de 32% a los bienes de capital, el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), las altas tasas de intereses bancarios, la carestía de los fletes marítimos y terrestres, el exceso de burocracia así como la deficiencia en el sistema eléctrico.

También mencionó el impuesto del 1.5% sobre las ventas brutas, el cual también se paga para la exportación, dijo.

«Y todo eso es un castigo a la producción y cargas impositivas que no nos permiten ser competitivos», enfatizó.

Añadió, en otro orden, que actualmente el país está inundado de productos centroamericanos, mientras que la República Dominicana no ha sido capaz de hacer lo mismo en Centroamérica.

En cambio, dijo que en las naciones con las cuales tendría que competir el país, como las de Centroamérica, por ejemplo, no pagan impuestos por los bienes de capital.

Consideró ilógico castigar el inicio de la producción, pues los impuestos deben cobrarse sobre los beneficios, «no con relación al ercicio de producir».

En otro orden, con relación al aumento de 3% a la comisión cambiaria llevado a cabo recientemente por la Junta Monetaria, dijo que dicho incremento afecta de manera negativa a los sectores productivos y que contribuye a mermar la competitividad de estos.

La comisión cambiaria, según Marranzini, en vez aumentarse de 10% a 13%, debió abolirse, que es lo que se esperaba.

Sin embargo, dijo que no se quiere presionar un gobierno como el actual, que encontró una situación económica muy difícil.

Pero hay que entender -añadió- que esa situación ha afectado severamente al sector industrial y que la única forma que este pueda ser competitivo y mantenerse operando, es a través del desmonte de cargas impositivas que se aplican al inicio del proceso de producción.