La nacionalidad dominicana debe centrarse en el derecho de sangre, no de suelo, afirmó el presidente de la Academia Dominicana del Derecho, Víctor Joaquín Castellanos Pizano.
Alertó que va a resultar un problema lo que procura la reforma constitucional, de que la nacionalidad se adquiera por tener padres desconocidos.
Dijo que la Academia entiende que las tónicas del texto constitucional no favorece suficientemente lo que se denomina el criterio del jus sanguinis, es decir la adquisición de la nacionalidad a través del parentesco, de la sangre. A su modo de ver, el proyecto de reforma que se conoce en el Congreso, enfatiza el «jus soli, como se entiende la facultad de adquirir la nacionalidad por el hecho de nacer en República Dominicana.
Advirtió que la política de la nacionalidad tiene que trazarse en función de la política poblacional y que el principio del jus soli se consagró cuando en el país se quería aumentar la población, por lo que todo el que nacía en esta nación se convertía en dominicano. Recomendó disminuir o mantener la población, en la medida de lo posible, en lugar de aumentarla.
La cifra
180 habitantes- Esta es la cantidad de población que por kilómetros cuadrados tiene la República Dominicana, lo que se considera un exceso de residentes, según el jurista.