Imprimir con un coste mínimo tatuajes electrónicos para que los médicos puedan controlar la salud de sus pacientes será posible en breve de la mano de un proyecto de un grupo de científicos de las universidades de Coimbra (Portugal) y Pittsburgh (EE.UU).
La iniciativa surgió del joven científico iraní Mahmoud Tavakoli, que trabaja para el Instituto de Sistemas y Robótica de la universidad de Coimbra, en la región Centro de Portugal.
Los tatuajes electrónicos que se colocan en la piel tienen ahora un coste elevado, pero el nuevo sistema simplifica el trabajo y sólo requiere una impresora 2D y tinta “auto- conductiva”, explica a Efe el científico, que ha patentado la idea, aunque aún trabaja en la fase de pruebas en laboratorio.
Los tatuajes se pueden imprimir con una impresora de inyección y “su precio será de unos 50 céntimos de euro, nunca más de un euro”, asegura.
“Ya no es preciso que estos tatuajes -que son circuitos electrónicos- sean impresos en laboratorios especializados y, además, son eliminados una vez que se lava el cuerpo”, ya que son como las calcomanías de los niños, continúa.
Una vez colocados en el cuerpo, permitirán “monitorizar” de forma constante la salud del usuario a través de diferentes parámetros, que van desde la actividad muscular, a la temperatura corporal, el ritmo cardíaco y la actividad cerebral hasta, incluso, las emociones.
Otra de las novedades es que son “elásticos” a diferencia de los actuales, cuyos componentes electrónicos se deterioraban a medida que el tatuaje se usaba y se estiraba.
Los nuevos circuitos están compuestos por nano-partículas de plata revestidas con metal líquido y tienen una elasticidad que permite estirarlos hasta el doble de su tamaño sin que pierdan conductividad.
Tras la patente, el siguiente paso será su validación para su uso en pacientes, ya que, hasta la fecha, todas las pruebas han tenido carácter experimental.
Según Mahmoud Tavakoli, este proceso tendrá una duración de, al menos, tres años, porque son necesarios numerosos ensayos clínicos antes de su comercialización.
Otro de los objetivos que persigue será colocar estos sistemas dentro de la piel y del cuerpo humano.
Su utilidad podría llegar a “personas con lesiones en la médula espinal que no pueden andar”, describe el científico iraní, “si se colocan en la zona dañada para que sea estimulada con el fin de que los nervios vuelvan a funcionar».
“Colocamos un tatuaje electrónico en el antebrazo de una persona con una prótesis de mano y comprobamos que se puede controlar utilizando las señales de los músculos recibidos del tatuaje, es decir, que al colocarlo en un músico, permite percibir cuándo está en movimiento y si la mano se abre o se cierra”, explica.
Al margen del área de la salud, estos circuitos electrónicos también se podrán aplicar en otras actividades, como la automoción, para medir parámetros como la temperatura del vehículo o el volumen de la radio.
El proyecto se ha traducido en varias aplicaciones innovadoras sobre los circuitos impresos que fueron patentadas en 2017 y publicadas en varias revistas médicas.