Propuesta de ciudad

Propuesta de ciudad

DELIA BLANCO
En este nuevo milenio, la ciudad llama a una nueva reflexión en su relación con el ciudadano. Ya no se trata de vivir y trabajar en ella, los espacios metropolitanos se convierten en territorios existenciales en los que la población quiere convivir con altas propuestas democráticas. Tomando el adjetivo en el sentido helénico de la palabra, hablamos de una ciudad que  responda  a la  voluntad de las mayorías.

El arte y la imagen, pertenecen a los nuevos desafíos de las grandes urbes. El ciudadano de hoy necesita mantenerse en un diálogo abierto con la creación. Por esta razón, las propuestas de ciudad que trae el proyecto Arte Urbano Sarmiento, bajo la colaboración del grupo Shampoo, del Ayuntamiento del Distrito Nacional y de la DPI (impresión digital), nos parece una excelente idea que permite insertar por un mes (del 15 de agosto al 15 de septiembre), lenguajes artísticos dentro de las vallas publicitarias de la compañía Sarmiento. Con esto, el grupo de artistas invitados compuestos por Jorge Nieto, Raquel Paiewonsky, Jenny Polanco, Juan Dávalos, Aída Ruiz Montas y MODAFOCA, Quisqueya Henríquez, Gustavo Peña, Hulda Guzmán, Jorge Pineda, Guiselt Thaiz, Gerard Ellis y Adela Dore, nos transforman el espacio urbano publicitario en un área visual de extremada poesía.

Esta propuesta viene a reforzar y dar continuidad a los pocos eventos de arte público a través de la cual los artistas, diseñadores, arquitectos e ilustradores presentan sus reflexiones en torno a este tema, y la importancia de obras “in situ” en diferentes puntos de la ciudad que habitan. Hablamos de sus sueños y cómo conceptualizan el espacio arquitectónico y urbano.

Las piezas de Quisqueya Henríquez titulado “Rurbano” ofrecen un resultado de fusión entre  un animal representado por el caballo y el  automóvil de la limousine. De estas mutaciones resulta un “pegasus” motorizado con dos alas de Mercedes Benz, exponiendo en estos planos lo clásico y lo contemporáneo.

Adela Dore, marca con tres rosas un primer plano perceptible desde la alta mar donde en el fondo percibimos edificaciones de torres contemporáneas, de arquitectura  post-moderna bajo un cielo de flores en una luna menguante. El único ser parece flotar sobre el océano, y difícil es pensar si llega o se esfuma en el horizonte…

Esta joven artista cuya  propuesta partió desde la perspectiva del diseño de modas, escribió  una breve historia donde la ciudad aparece como un monstruo ingenuo y tierno que ve desaparecer  su ideal citadino bajo el esquema de una flor y sus lágrimas caen ante la pérdida y al caos urbano, para luego pasar al nacimiento de nuevas flores.

Son miradas de artistas donde la ciudad adopta una dimensión interior, en las que aparecen códigos que materializan visiones inesperadas dentro de la arquitectura urbana.

Jorge Pineda, exhibe unos niños cubiertos por salvavidas azules que nos recuerdan el miedo del mar, la espalda al mar, o mejor dicho, la ocultación del Caribe. Los salvavidas azules con cuellos y cabecitas de aves nos demuestran en sus enredos a los mismos enredos que nos somete  la ciudad y la angustia que nos provoca salvarnos o salirnos de ella…

Sentimos en el conjunto de las obras que estamos en una urbe cargada de símbolos, de fantasías y de metáforas. Para Gustavo Peña, la imagen es directamente política, pues sus personajes están enfocados en los espacios públicos repletos de los monumentos militaristas y caudillistas, herencia de la dictadura. No sabemos si estamos en una concurrencia donde la violencia del consumo sexual compite o abraza el clientelismo y la corrupción.

En realidad, el total de los trabajos es una reflexión sobre los desafíos y los sueños. Cada artista, cada diseñador, cada publicista, tiene su experiencia vital dentro de la ciudad. Todos ellos y ellas, son testigos de sus propias vivencias.

Sus miradas tienen carácter de una forma de denunciar; en el caso de la obra de Jorge Nieto, quien se maneja entre algas, flores y robots, podemos adivinar  la descarga múltiple de misiles simbolizando estos uno de los miedos que caracterizan las amenazas de ocupaciones e invasiones extranjeras.

Esta iniciativa podría motivar mucha reflexión al espectador y al transeúnte. Para una ciudad como Santo Domingo, estas obras  en vallas publicitarias permiten avanzar en los planteamientos de convivencia de la capital dominicana. Por ejemplo, cuando Quisqueya Henriquez fusiona el caballo y el Mercedes Benz nos ofrece una imagen artística muy bien lograda y que parte de un planteamiento social real: el caos o la transformación urbana de la ciudad pasa por la convivencia del caballo de arrastre y acarreo con el último modelo automovilístico de la Jaguar o de la Mercedes Benz. Estamos en una mutación de ciudad con sus elementos todavía rurales y post-modernos a la vez.

En una percepción mas surrealista, Raquel Paiewonsky idealiza los espacios vegetales en un campo perfecto de grama luxuriante donde brota el cuerpo humano. Las piernas juveniles que salen de la tierra parecen llamar la vida al revés, pues aquí, los pies salen primero de las entrañas de la tierra y no sabemos si la cabeza saldrá algún día, o se quedara rezagada como raíz profunda en el planeta. Obviamente, la lectura ecológica es elocuente y la poética encierra un recurso del lenguaje surreal.

Nos preguntamos si la ubicación de las obras permite una exploración profunda al ciudadano capitaleño. La ciudad de Santo Domingo no facilita sitios ni  lugares donde sentarse, ni donde poner caminar y admirar por un buen momento para poder descifrar con tiempo y placer el lenguaje acertado de los trece creadores invitados.

Esta propuesta de Arte Urbano Sarmiento, maneja  la idea o el concepto que valida el trabajo creativo, sin delimitar la producción. El espacio cedido capitaliza la originalidad del propósito, pues nos  permite  hacer  pública la ciudad dónde vivimos.

La  apropiación  visual  por los capitaleños  del conjunto de imágenes creadas dentro de  estas vallas  pide una continuidad  en un encuentro donde los creadores de imágenes pudieran intercambiar  con la ciudadanía  y compartir la  sensación  provocada por  sus propuestas de ciudad. Son imágenes  que llaman al diálogo abierto. Los trece protagonistas del proyecto han conseguido con eficiencia una reflexión sobre los flagelos que amenazan nuestra ciudad no sólo en el aspecto  arquitectónico y urbano, sino también  en el campo  emocional, físico y mental.

Aplaudimos esta iniciativa que se inscribe en los planteamientos universales de la ciudad como espacio de libertad  y responsabilidad, valor heredado desde la antigüedad griega Les invitamos a buscar por la ciudad los sitios y lugares  dónde  se exponen las obras, como manera de volver a visitar la ciudad y siempre proponerse a redescubrirla.

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