WASHINGTON. AP.  La jueza Sonia Sotomayor, nominada a la Corte Suprema, sorteó serena diversos cuestionamientos incisivos de senadores y se reservó sus opiniones ayer al acercarse hacia el final de un maratoniano interrogatorio que perfiló su confirmación. 

Después de unas 10 horas de ser interpelada por senadores de la Comisión Judicial del Senado en más de dos días, Sotomayor tuvo un desliz, aunque no la metedura de pata que los republicanos consideraron que bastaría para arruinar su nominación.  La jueza de apelaciones, de 55 años, evitó pronunciarse sobre cualquier caso relevante que pudiera abordar como magistrada de la Corte Suprema. Prefirió recurrir a la doctrina judicial, a elusiones precisas e incluso a referencias humorísticas para zafarse de los intentos por hacerle caer en las respuestas buscadas.  Más tranquila en su tercer día , la candidata de origen puertorriqueño neutralizó una tensa polémica sobre el derecho a portar armas con bromas como disparar a un republicano crítico y cautivó a los demócratas que la apoyan con un elogio nostálgico al abogado de novela Perry Mason.