OSCAR E. COEN
El desplazamiento del gobierno central a Dajabón, seleccionado como el más apropiado puente-vector para la unificación, se había finalmente concretizado a comienzos del año 2023. Después de la prisión y muerte de los jóvenes del redivivo IJ4, refractarios a la inevitable unión de las dos naciones, lentamente se fue apagando la voluntad de lucha contra un acuerdo -esbozado desde el fallido experimento “Titid” hacía varias décadas- convertido ya en una realidad geopolítica virtual.

Había tomado solo tres años el traslado dispuesto por el gobierno del PRDH, con los auspicios de las Naciones Unidas y el respaldo económico de las naciones “amigas”, cuya participación fue ponderada como “entusiasta y definitoria” por el entonces presidente Francois Soriano Pié, honrado por todos después de su muerte en el 2027, como el verdadero “consolidador” de la nación Domhaitiana.

Los restos de Soriano Pié, en su hermoso nicho del Panteón Nacional, son motivo de veneración y frecuentes visitas, particularmente de nacionales residentes en la parte oeste de la isla. El flolklore nacional habla de lamentos que se oyen allí después de la medianoche, atribuyéndolos a los espíritus de los putativos héroes de la antigua nación dominicana, lo que ha originado un turismo frecuente de estudiosos de la parapsicología de todo el mundo, algunos de los cuales reafirman haber escuchado gritos desoladores pasada la hora 24 y particularmente  durante la última semana de febrero.

La situación económica de la parte oeste ha tenido una asombrosa transformación después del hallazgo de la compañía L´Etrioil Gas, de depósitos comercializables de gas natural en el 2020, y luego de la Shell haber instalado la Refinería de Cabo Haitiano con capacidad de refinar y exportar 200,000 bbls. diarios, vendidos por contrato asegurado, a las compañías estadounidenses de la costa Este. Otra refinería de similar capacidad pero más moderna está siendo construida en Fort Liberté y se espera que empezará a producir y exportar en dos años.

Las fuertes inversiones francesas en la isla de Gonaive la han convertido en un verdadero polo turístico y los dos hoteles de la firma “D´Argent” de 300 habitaciones cada uno complementados por el hermoso campo de golf diseñado por la arquitecta Helen Wood Mackinley, hija del legendario Tiger Wood, han logrado un impacto extraordinario, sobre todo despues de establecer el resort como el lugar donde se celebrará anualmente el torneo de golf  Pegeout-Citroën. Adicionalmente el Club Mediterrané ha ampliado sus facilidades en la playa, que por primera vez incluyen un casino. Todos estos atractivos han logrado desviar a ese destino muchos de los turistas regulares de otras áreas del Caribe, particularmente de Puerto Rico y Punta Cana.

La ciudad de Santo Domingo, única de las ciudades epónimas de Santos que pudo mantener el origen hispánico de su nombre, sigue siendo un dínamo de producción industrial y tecnológica y sus actividades comerciales se han expandido a resultado de las inversiones de capital proveniente de los grupos de altas finanzas cubano-americanos, estimulados por el  éxito financiero alcanzado después de su retorno a Cuba, luego de  la muerte de Fidel y la defenestración de Raúl por el Ejército. Para deleite y asombro de tiros y troyanos, en  poco más de una década la isla  ha logrado convertirse en una exitosa autarquía financiera.  Hay que reconocer que ya Santo Domingo lucía apetecible para  los inversionistas de capital, desde que el caótico tránsito vehicular de antaño se había controlado y organizado después de la inauguración de la tercera etapa del Metro. En la actualidad ya cualquier persona podía, tomando el tren en la estación “Christopher Hartley” del ensanche  Ozama recorrer la Avenida Jean-Jacques Dessalines (antigua Kennedy) y cambiar de tren en la estación central “Diandino Peña” para continuar hacia el sur hasta la zona universitaria o alternativamente seguir hasta la calle Sonia Pierre (antigua Isabela Aguiar) todo por  un dólar y medio. Otro factor positivo fue el desplazamiento de la mayoría de los políticos hacia el centro de poder ahora situado en Dajabón, ciudad que está teniendo un auge extraordinario, como era de esperarse, y donde han ido a recalar un gran número de firmas de ingenieros, proyectistas, comisionistas etc. en pos de contratas para continuar la vorágine de construcciones de calles y edificios, necesitados por lo menos en los próximos tres lustros.

A pesar de esto, el avance y desarrollo del lado oriental de la isla no mantiene el ritmo logrado en el lado oeste, ya que el remordimiento de las naciones “amigas” hizo que estas volcaran su cornucopia fundamentalmente en el rescate de la antigua Haití, desintegrada y sin posibilidad de recobrar visos de nación civilizada por si sola. Pero un factor especialmente adverso para la parte oriental, fue la posición poco objetiva  del entonces secretario general de la OEA, el ex-presidente Leonel Fernández Reyna, opuesto de modo tajante e irreflexivo al beneficio de la  sinergia en la unificación de las dos naciones, lo que le granjeó  antipatía entre los dirigentes de las naciones “amigas” y el recelo de la opinión pública y mediática internacional; esto le obligó a renunciar antes de concluir su segundo mandato en la OEA y regresar a la Fundación Global y a su cátedra de ciencias políticas, que como invitado regular ofrece en la universidad de “Duke” en North Carolina…