Dicen quienes conocen el PLD en la provincia Sánchez Ramírez, que después de la trágica y confusa muerte de Victoriano de los Santos, quedó una vacante para el liderazgo de ese partido que aún no ha logrado ocuparse. Según los peledeístas, Victoriano era considerado, por algunos, como el líder provincial del Partido “por su fino trato y distinción hacia los compañeros”.

Muchos son los que a través de los diferentes canales de comunicación le han gritado al mundo que la provincia Sánchez Ramírez merece salir del atraso, del abandono y de la pobreza en  que se encuentra sumergida. Pero ha habido una carencia de unificar esas voces y aunar esfuerzos.

En la pasada contienda electoral, en los cuatro municipios que componen la provincia resultaron electos alcaldes diferentes a los que estaban. No hubo repostulación. Lo que indica que a los cuatro municipios les urge el cambio, les urge el progreso, les urge el desarrollo,  les urge innovar.

Queda en manos de las nuevas autoridades, municipales y congresuales, en conjunto con la sociedad civil, unificar esfuerzos,  criterio, voluntad y trabajo, para crear una provincia próspera, más productiva, que genere empleos para los tantos técnicos y profesionales que ha parido. Que unan sus voluntades para que tengamos más universidades y una vida más justa para los sanchezramirenses.

Recuerden que el pueblo está aprendiendo a elegir. Y seguirá aprendiendo. Tienen cuatro años, para que de la mano con el gobierno central, le demuestren a la provincia que valió la pena realizar un cambio.

Hay que trabajar. El liderazgo no se consigue apagando la luz de los demás, todo lo contrario.

El liderazgo se construye, no se impone. El protagonismo se nota a kilómetros y es contagioso y vengativo. Quien quiera ser el o la líder de la provincia, procure la unificación vertical y horizontal de todos quienes componen el aparato provincial y verá como todo fluye.