Por Ailyn Hilario
Fotografías: Fuente Externa
Semana Santa: tiempo de reflexión y descanso. Semana Santa: centímetros de pieles expuestas a los rayos del sol, la playa, arena y diversión. Si su concepción de la Semana Mayor es la segunda, seguramente deberá tomar precauciones adicionales al exponerse al sol.

¿Razones? La primera, científica. Al ampliarse el agujero de la capa de ozono, hay una mayor penetración de rayos ultravioleta del sol a la tierra, a los que usted estará expuesto, y que en ocasiones son causantes de cáncer de la piel. La segunda, estética. Todos conocemos los estragos que produce la exposición prolongada al sol en la piel y el cabello.

Para contrarrestar esos efectos se debe asumir un cuidado especial. En la piel, por ejemplo, la limpieza, hidratación y humectación son pasos fundamentales antes y después de tomar el sol, sin olvidar el uso de filtro o bloqueador solar al menos media hora antes de la exposición.

Procure que en su equipaje no falten los lentes, sombrillas y gorras. Y para evitar la insolación, nada mejor que hidratarse tomando líquidos frecuentemente y especialmente evitar tomar el sol entre 11:00 a.m. y las 2:00 p.m.

Así como la piel, también el cabello precisa de atención especial después de una jornada veraniega intensiva. Los aerosoles protectores, mascarillas y champú con filtro solar se han convertido en productos estrella en esta temporada.

Las recomendaciones se extienden a lavar el pelo con abundante agua para eliminar los restos de arena, sal o cloro y no abusar del secador, pues el pelo tiende a resecarse. Y además, ingerir alimentos como la zanahoria, tomate, brócoli, lechuga y pescados como el salmón y el atún, también servirán como aliados  para conservar la lozanía y belleza durante las vacaciones de la Semana Santa.