Los Haitises es zona protegida desde que la Ley 244 le confirió ese estatus en 1968. Más adelante, para afianzar y definir mejor la protección de sus recursos ambientales, fue declarado Parque Nacional mediante la Ley 409, del 2 de julio de 1976. Desde entonces hasta ahora, la agricultura y la ganadería rudimentarias han sido un problema que las autoridades han agravado, pues sencillamente desalojan a los pequeños productores pero no los asientan en otros lugares para que puedan producir y vivir.

Esta vez, la comisión especial creada por el Poder Ejecutivo mediante el decreto 360-13 para el rescate y preservación del Parque Nacional Los Haitises, decide prohibir allí toda actividad agrícola y ganadera. Proteger los ecosistemas es una decisión de gran trascendencia, sobre todo en estos tiempos en que el calentamiento global amenaza las disponibilidades de agua.

Queremos suponer que los pequeños agricultores y ganaderos de Los Haitises serán asentados en áreas no protegidas y aptas que puedan continuar produciendo el sustento de sus familias. Queremos escuchar que hay planes concretos para adiestrar a los más aptos y emplearlos como guardabosques en Los Haitises. En este caso particular, la protección de los recursos ambientales tiene que llevar endosado un plan de protección social para las familias a desalojar.

MÁS LAGUNAS EN SEGURIDAD SOCIAL

La finalidad de la seguridad social es brindar asistencia médica y cobertura de medicamentos a todos los asegurados. En el caso del Seguro Nacional de Salud (SENASA), esa protección incluye a los asegurados del régimen subsidiado, que son gente desvalida. Pero resulta que el catálogo de medicinas para padecimientos cardiovasculares está desactualizado y que los cardiólogos no encuentran qué hacer en esta situación.

SENASA y los especialistas médicos reclaman que el Consejo Nacional de Seguridad Social actualice y complemente el catálogo de fármacos. Para que la asistencia médica sea efectiva es necesario que la seguridad social mejore la cobertura de medicinas, sobre todo los de uso permanente en el tratamiento de enfermedades crónicas. Es hora de poner al día muchos aspectos de una seguridad social que cada vez deja más que desear.