Protección para la pecuaria

Protección para la pecuaria

La República Dominicana está entre los más  grandes productores de pollo en el Caribe y Centroamérica. El producto de esta industria es la principal proteína animal que consumen los dominicanos. Las dos circunstancias anteriores explican que el mercado de pollos sea uno de los más dinámicos y una fuente importante de plazas de trabajo, contando, según los representantes de este sector, con más de 23,000  empleados. Además, la demanda de insumos y servicios de esta industria alimenta un segmento importante del comercio nacional, que también genera empleos y tributa al fisco.

 Todo lo anterior debe ser suficiente para ponerle atención al reclamo que hacen al Gobierno los avicultores locales, para que les sean desembolsados RD$600 millones correspondientes a subsidios aprobados. Se basan en el temor de correr la misma suerte que Pilgrim’s Pride Corporation, el mayor productor de pollos en Estados Unidos, declarado en quiebra recientemente, y Tyson Foods, segundo en importancia, que perdió US$91 millones en cuatro meses. Si las granjas locales caen en dificultades financieras, mermará la oferta, aumentará el precio del pollo y podría ocasionar despido de trabajadores, en ese sector y en el comercio que le abastece de insumos y materiales. Creemos que es prudente ir en auxilio de esta industria. En nuestro caso sería lo aconsejable.

 

Tenemos  que afinar el cedazo

Mucho se habla aquí de la presencia de haitianos. Esta inmigración abrumadora y mayoritariamente ilegal es, ciertamente, un problema grave, pero no el más preocupante. También es muy numerosa la presencia aquí de extranjeros de otras partes del mundo perseguidos por crímenes y drogas. Europeos y americanos que operan todo tipo de negocios, ilícitos de manera rampante, o “limpios” por el lavado de fortunas sucias.

Es evidente que nos hemos convertido en una guarida de mafiosos perseguidos, que se radican aquí sin que nadie cuestione su procedencia y la forma en que han obtenido fortuna. Nuestro cedazo migratorio y nuestros dispositivos de inteligencia están fallando de manera escandalosa, y, por supuesto, no se descarta que haya dosis de complicidades. El crimen debe ser perseguido en todas partes y los extranjeros perseguidos en sus países, de alguna manera deben ser sacados del país.

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