Los labios no tienen glándulas sebáceas, de ahí que acusen antes y con más fuerza con el paso del tiempo, al clima y falta de cuidados.

Solo basta con mantenerlos hidratados para evitar su deterioro.

Algunos consejos contribuyen a mantenerlos fuera de problemas que a veces resultan molestos y dolorosos: aplica un bálsamo labial varias veces al día; si vas a andar por la calle, elígelo con protección solar.

 Si eres adicta a pintarte los labios apúntate a los lip-fix, esas son cremas que suavizan  y protegen tus labios al tiempo que ayudan a que el color dure más. Aplíquela siempre antes de pintarlo.

Por las noches, sé generosa con los bálsamos  labiales, es el mejor momento para regenerar. Puedes usar en el día habitual, un lip-fix, un voluminador o un específico de noche.

A partir de los 35 años preste atención a la piel que rodea los labios para que no se  forme antiestético “código de barras”; usa un producto específico.

Los alimentos ricos en vitamina C  y E, antioxidantes, le van muy bien.

Después de comer alimentos ácidos o agrario sécate bien los labios, pues estos contienen sustancias irritantes.

Jamás te humedezcas los labios con la saliva para combatir la sequedad.

Bálsamos Caseros
Para los labios abiertos: mezcla 2 cucharadas de miel con 5 gotas de agua de lavanda y aplícate la mezcla  cada noche, antes de irte a dormir.

Labios agrietados: funda al baño María 3 cucharadas de cera virgen rallada (de la que venden para depilar); añade 3 cucharadas de aceite de almendra; vierte en un frasco y deja solidificar.

Labios resecos: derrita  al baño María  1/2  cucharada de manteca de cacao y añade una cucharada de aceite de coco y 1/2  de aceite de calabaza. Antes de que se enfríe  vierte en un tarrito. Aplica con el dedo.