Prótesis senos preocupan argentinas

Prótesis senos preocupan argentinas

BUENOS AIRES.   AFP.  «Siento que tengo una bomba de tiempo en el cuerpo. Tengo tres hijos y no quiero que me pase nada», dice Andrea Damonte en una reunión de mujeres con prótesis mamarias PIP -sospechosas de causar cáncer-, en Buenos Aires, una meca para las cirugías estéticas en la región. Menuda, con el cabello largo y rubio, esta instrumentista quirúrgica y docente de 44 años habla con la voz quebrada ante una veintena de mujeres que se autoconvocaron a través del blog «Afectadas PIP», creado por Virginia Luna, abogada y también portadora de las prótesis, para dar una respuesta judicial al problema y además dar contención a las damnificadas.

«No puedo seguir con esta angustia. Estoy desorientada. Necesito unos 4,500 dólares para pagar el retiro de las prótesis y el recambio. No los tengo y tendría que endeudarme», señaló Damonte   al margen del encuentro. La ansiedad del grupo se remonta a abril de 2010, cuando la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió la importación, comercialización, venta y uso de las prótesis fabricadas por la empresa francesa Poly Implant Protheses (PIP), luego de una decisión similar en Francia.

El organismo aconsejó además a las mujeres a hacerse controles periódicos y a los médicos a reportar la información sobre el seguimiento al ministerio de Salud. Si bien no hay cifras oficiales sobre el número de prótesis colocadas en el país, varios abogados consultados   lo estimaron en entre 13,000 y 15,000, teniendo en cuenta el total de prótesis importadas que registra el ANMAT. «La idea es formar un grupo de afectados, tanto de los que tuvieron problemas hasta ahora como de los que no”, afirma Virginia Luna.  

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