Madrid, (EFE).- Afectados por la causa de los «niños robados» entre los años 50 y 80 del siglo pasado en España protestaron hoy en varias ciudades españolas por el archivo «masivo» de las denuncias presentadas en los tribunales, y pidieron el apoyo de la ciudadanía.

En enero pasado, una asociación de afectados por adopciones irregulares pidió una investigación nacional para identificar a los responsables de una presunta trama que actuó en toda España, sobre todo entre 1950 y 1990, dedicada al robo y posterior venta de niños.

En Madrid, y bajo una pancarta con el lema «Todos los niños robados son también mis niños, investigación exhaustiva de todas las denuncias presentadas», un grupo de afectados organizó hoy una recogida de firmas en apoyo a su causa. Soledad Monzón, presidenta de SOS Bebés Robados de la capital española, indicó a Efe que se trata de una concentración «sin banderas», de todas las asociaciones y por una causa común- «que se dejen de archivar las demandas por parte de la Fiscalía». En este sentido, explicó que su asociación ha presentado más de cien denuncias, de las que un 50 por ciento han sido archivadas.

Además, solicitó a los ciudadanos su implicación- «hay más de 200.000 niños robados o desaparecidos y si la sociedad no reacciona es que está enferma». Monzón, a quien, detalló, le quitaron a su hijo en 1980, manifestó que este tipo de actos sirven para que la gente se diga a sí misma- «no me ha pasado solamente a mí, no estoy loca».

Mila, una de las afectadas que busca a su hermano y que ha presentado una denuncia, indicó a Efe que a su madre le quitaron al bebé después de que naciera «en perfecto estado». Señaló que este tipo de movilizaciones sirven para animar a otras familias a que denuncien y para que los padres adoptivos se den cuenta que muchos adoptaron de manera ilegal.

«Yo no pido que mi hermano, que cumplirá 32 años en diciembre, se venga con nosotros, pero sí que sepa que sus padres no le abandonaron y que tiene cinco hermanos», subrayó.

En declaraciones a Efe, María Luisa Torres, que se reencontró con su hija este año después de 30 separadas, aseguró que en 1982 se la robaron en el Hospital Santa Cristina de Madrid y una monja le «amenazó con quitarle la otra o incluso la cárcel».

Según Torres, en el hospital madrileño le dijeron que su hija había sido adoptada en Francia, lo que «era falso», porque, afirmó, vivía en Madrid a unos kilómetros de su casa. Su hija, quien siempre supo que era adoptada comenzó a buscar a su madre cuando tenía 15 años, sin la oposición de su padres adoptivos, para lo que pasó por algunos platós de televisión. A la concentración en la capital española se acercó también una ex trabajadora del hospital Santa Cristina, quien aseguró haber vivido «en directo» lo que denuncian ahora estas familias, si bien prefirió no dar su nombre. EFE