LA PAZ (EFE).- Bolivia quedó ayer aislada de cuatro países vecinos por los bloqueos de carreteras, a la espera de que el Congreso se reúna en La Paz para solucionar la actual crisis en medio de un clima de fuerte polarización en el hemiciclo.  El Servicio Nacional de Caminos informó a EFE de que los cortes de rutas de Bolivia con Argentina, Perú, Chile y Paraguay se incrementaron en seis de los nueve departamentos del país en las últimas horas hasta afectar 41 puntos de las carreteras.

Los bloqueos son protagonizados por manifestantes, en su mayoría campesinos, que demandan la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la nacionalización de los hidrocarburos.

Las piedras obstaculizan las dos vías que van desde La Paz hacia el Santuario de Copacabana y Desaguadero, puntos de ingreso a territorio peruano a orillas del lago Titicaca.

Lo mismo sucede con la carretera entre La Paz y la localidad de Tambo Quemado, en el límite con Chile, y en los pasos desde el occidente boliviano hacia Argentina, con un bloqueo entre los departamentos sureños de Potosí y Tarija.

En territorio tarijeño, también se ha interrumpido el transporte hacia Paraguay, mientras que, internamente, la ciudad más aislada es Potosí, aunque también están creciendo los bloqueos en Cochabamba, La Paz y Sucre.

En los departamentos de Santa Cruz, Pando y Beni, fronterizos con Brasil, no hay constancia de cortes.

Las calles de La Paz, donde está la sede del Gobierno boliviano, mostraron hoy un ambiente de relativa tranquilidad, después de dos duras jornadas con protestas de miles de manifestantes en las calles y choques entre grupos radicales y fuerzas antidisturbios.

Grupos pequeños de manifestantes marcharon por el centro paceño, pero permitieron la circulación de algunos vehículos de transporte público y solo causaron un incidente aislado con periodistas.

Mientras, los jefes de los grupos parlamentarios y regionales del Parlamento se reunieron finalmente en el Palacio Legislativo, tras desistir de hacerlo el martes por la presión callejera y pese a las fuertes medidas se seguridad dispuestas por el Gobierno.

Los líderes parlamentarios acordaron retomar las actividades en el hemiciclo a las 16.00 horas locales (20.00 GMT), informó a la prensa el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez.

«Esta tarde vamos a sesionar con consenso o sin consenso pero vamos a seguir construyendo consenso», explicó.

El principal motivo de disenso entre los congresistas radica en la forma de llevar adelante los diferentes mecanismos de reforma del Estado: un referéndum sobre las autonomías y una Asamblea Constituyente.

Los parlamentarios y líderes cívicos de las regiones de Santa Cruz, Pando, Tarija y Beni y algunos partidos conservadores aspiran a la celebración de un referéndum autonómico en coincidencia con la próxima elección de prefectos (gobernadores) en los nueve departamentos bolivianos, prevista para el próximo 12 de agosto.

Estos departamentos son conocidos popularmente como la «media luna», porque ocupan una franja de territorio que dibuja una semicircunferencia desde el sudoeste hasta el nordeste del país, pasando por el oriente.

En el lado opuesto están la mayoría de los legisladores de los otros cinco departamentos del país y el partido opositor Movimiento Al Socialismo, del líder cocalero Evo Morales, que consideran indispensable fijar ya la fecha de convocatoria a una Asamblea Constituyente y en esta instancia debatir la petición regionalista.

Morales advirtió hoy del peligro de que «se incendie el país» si no se acuerda una agenda común, que permita elegir a los constituyentes y consultar a la población sobre las autonomías el mismo día.

El diputado del Movimiento a la Izquierda Revolucionaria Guido Añez dijo que los promotores del referéndum no se oponen a la Constituyente, pero consideran que la consulta popular debe realizarse antes.

El jefe de bancada del Movimiento Nacionalista Revolucionario, partido del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003), opinó en el mismo sentido, aunque sugirió la opción de atrasar las votaciones para bajar la tensión en el país.