Protestas contra filme antiislámico sacuden al mundo musulmán

<P>Protestas contra filme antiislámico sacuden al mundo musulmán</P>

JARTUM. AFP. Masivas manifestaciones antioccidentales denunciaron el viernes en los países musulmanes una película denigrante para el islam producida en Estados Unidos, con violentos incidentes que dejaron un muerto en Sudán.  

El filme, que presenta a los musulmanes y a su profeta Mahoma como seres inmorales y brutales, desencadenó el martes iracundas reacciones en Egipto y Libia que se extendieron luego a otros países de Africa y Asia y llegaron hasta Indonesia.  

En Jartum, las fuerzas de seguridad sudanesas dispersaron con gases lacrimógenos a unas 10 mil personas que se dirigían hacia la embajada de Estados Unidos tras haber atacado la de Gran Bretaña e incendiado la de Alemania, informó un corresponsal de la AFP.  

Un manifestante murió al ser arrollado por un vehículo de la policía que embistió a un grupo que lanzaba piedras contra la fuerza antimotines, agregó el reportero.  

En Túnez, varios manifestantes lograron entrar en el patio de la embajada norteamericana, constató un fotógrafo de la AFP, y las fuerzas de seguridad parecían desbordadas pese a los disparos de advertencia y los gases lacrimógenos que no paraban de lanzar.  

Los manifestantes, muy agresivos, franquearon un muro del recinto, cerca del aparcamiento donde estaban ardiendo varios vehículos, según la misma fuente.  

En Líbano, un manifestante murió y 25 resultaron heridos en enfrentamientos en la ciudad de Trípoli (Norte) entre policías y centenares de islamistas que poco antes habían incendiado un restaurante norteamericano de comida rápida, indicó un responsable de los servicios de seguridad.  

El fallecimiento se produjo en un incidente sin aclarar hasta ahora, en momentos en que el papa Benedicto XVI iniciaba en Beirut una visita de tres días a Líbano.  

En Saná, donde los incidentes dejaron cuatro muertos el jueves, la policía yemení disparó al aire y usó cañones de agua para rechazar a cientos de manifestantes que se aproximaban a la embajada estadounidense, según un corresponsal de la AFP.

En Bangladesh, unos 10 mil manifestantes quemaron en Dacca banderas estadounidenses e israelíes y trataron de acercarse a la embajada de Estados Unidos. «No toleraremos insultos contra nuestro gran profeta», gritaban.  

En Pakistán, varias concentraciones en las principales ciudades reclamaron la muerte del director de la polémica película y la expulsión de los diplomáticos estadounidenses en este país, el segundo con mayor número de musulmanes.  

La agitación lllegó a Indonesia, el país con más musulmanes del mundo, con una manifestación en Yakarta de unos 350 islamistas radicales contra la «declaración de guerra» que para ellos representa la película «La Inocencia de los musulmanes».

En Teherán, la capital iraní, miles de personas se congregaron al grito de «Muerte a Estados Unidos» y «Muerte a Israel», según imágenes de la televisión estatal.

En el Cairo se registraron nuevas reyertas esporádicas frente a la embajada estadounidense.

El poderoso movimiento de los Hermanos Musulmanes egipcio, del que surgió el presidente Mohamed Mursi, retiró el llamamiento a manifestarse en todo el país, para protagonizar en su lugar una concentración «simbólica» en la plaza Tahrir de El Cairo.

Miles de palestinos protagonizaron protestas tanto en la franja de Gaza, gobernada por el movimiento islamista Hamas, como en Jerusalén este, ocupada y anezada por Israel, 

Fuerzas de seguridad en alerta máxima. En Siria, que desde marzo de 2011 vive una sangrienta rebelión contra el régimen de Bashar al Asaf, unos 200 manifestantes organizaron una sentada de protesta ante la embajada estadounidense en Damasco, cerrada desde hace varios meses, según un periodista de la AFP.

Miles de fieles expresaron su indignación en varias ciudades de Irak, principalmente en Basora (sur), donde gritaban: «No hay libertad cuando se ofende a mil millones de musulmanes».  

Y en la ciudad santa chiita de Najaf, un dirigente religioso llamó a Estados Unidos a entregar al equipo que realizó la película para que sea juzgado por un tribunal islámico especial.  

En Bengasi, en el este de Libia, el tráfico aéreo fue suspendido desde el jueves por la noche hasta el viernes por la mañana por «razones de seguridad». Esa ciudad fue teatro el martes de un ataque contra el consulado estadounidense que costó la vida al embajador Chris Stevens y a otros tres norteamericanos.  

Numerosos países reforzaron la seguridad de las embajadas norteamericanas después de ese ataque.   India, que cuenta con una importante minoría musulmana, puso en alerta sus efectivos desplegados alrededor de los edificios estadounidenses.

La máxima autoridad religiosa musulmana del Estado indio de Cachemira pidió a los ciudadanos estadounidenses «abandonar inmediatamente» la región.

En Afganistán, las autoridades están en alerta máxima y la mayoría de las embajadas incrementaron las medidas de seguridad para su personal, llamando a permanecer en sus hogares. 

Una película considerada como «una agresión».  Las reacciones desencadenadas por «La inocencia de los musulmanes», varios de cuyos extractos se difundieron por internet, recuerdan la ira provocada por la publicación en 2006 de caricaturas del profeta Mahoma por un diario danés.

El filme fue realizado por un cineasta que se presenta como israelo-estadounidense y que, según los medios estadounidenses, sería un cristiano copto.  

Un individuo que aseguró ser el productor de la película dijo no tener nada de que arrepentirse, aunque lamentó que los incidentes costaran la vida al embajador norteamericano en Libia.  

«Me entristece la muerte del embajador pero no lamento haber hecho (la película)», dijo Nakula Basseley Nakula, un copto que reside en California, en declaraciones a la emisora estadounidense en lengua árabe Radio Sawa.  

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, aseguró que el gobierno estadounidense no tenía «absolutamente nada que ver» con este «video repugnante y condenable» y exhortó a los dirigentes políticos y religiosos a condenar la violencia.

El presidente egipcio Mursi juzgó este viernes que la película constituía una «agresión» que «desvía la atención de los verdaderos problemas en Oriente Medio» y condenó la violencia que desencadenó en la región.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, consideró que esta cinta es una «provocación», pero no justifica la violencia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas