LA PAZ.  AFP.  El presidente Evo Morales, quien debía dar ayer su informe a la Nación en Sucre -capital constitucional de Bolivia-, se vio obligado a hacerlo en La Paz ante el rechazo de las autoridades y dirigentes cívicos sucreños, que rechazan la presencia del mandatario.

 En un hecho que demuestra la polarización del país, el martes en la noche el vicepresidente de la República, Alvaro García Linera, anunció que la sesión en que el Congreso debía escuchar en Sucre el discurso de Morales fue cancelada.

 «Para garantizar la seguridad física de los congresistas, de los representantes y miembros del cuerpo diplomático, he decidido suspender la sesión del Congreso», afirmó García.  Por tal motivo, Morales brindó su informe de gestión, de 30 minutos, desde un balcón de la casa presidencial, en la plaza de Armas de La Paz.  Sucre rechazó la llegada de Morales a menos que pidiera perdón por la represión policial en noviembre del año pasado.

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Insulza turbado  situación Bolivia

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, expresó  su «profunda preocupación» por la situación en Bolivia e hizo un llamado a la calma, a cuatro días de un referendo revocatorio del mandato del gobierno y de prefectos regionales, que ha agudizado la crisis política.

 Insulza expresó «su profunda preocupación por la evolución de los acontecimientos en la República de Bolivia» antes del referéndum del 10 de agosto, luego de incidentes violentos en algunas zonas del país.