¡Protesto! ¿Soy mediocre?

¡Protesto! ¿Soy mediocre?

Jajajajajajajajajajaja….. ¡Píndaro! … ¡Eres un mediocre! Te vi en tu país -que es tu casa- protestando porque las cosas están ‘saladas’ y no como a ti te gustan…” le grita Tomasito a un indignado Píndaro.

“Tomasito… ¡tú eres un descarado! Llamarme mediocre cuando yo te he beneficiado con mi sudor… Protesto…¡Sí!… Y eso no quiere decir que sea mediocre”.

“¡Qué bembeteo más grande tienes, Píndaro! ¿Y por qué no admites que eres un mediocre? ¡Ya te bautizaron así en los periódicos hace unos días!”.

“Déjate de vainas, Tomasito. La mediocridad es causada por la ignorancia o falta de conocimiento y la insensatez. Todos somos ignorantes en algunas áreas de nuestras vidas, lo cual es demostrado por la naturaleza de nuestros actos…” replica Píndaro… “La forma más rápida de conocerla en una persona, es en aquel que no se siente ‘ignorante’ en alguna área de su vida pero que es capaz de señalarte como tal… La mediocridad es capaz de convertir a una persona en esclavo de sus propias actitudes y acciones. De tanto fuñir, ella se lo llega a creer y, entonces, es tan o más mediocre que aquellos a los que señala como tal…”.

“¡Diantre! Píndaro… ¿Te pusiste a leer la historia de la fritanga para llegar a esas conclusiones patrióticas del lenguaje?”…”¿Estás olvidando tu realidad realenga?”.

“¡El pisooooooo, Tomasito!… ¿Tú crees que no estoy preparado para pensar un poco más que tú?… ¡Que tú me llames “mediocre” es un insulto, sin duda!… pero, lo crucial es saber qué se oculta detrás de tu exaltación del camino de en medio… Decía el escritor inglés William Somerset, que ‘solo una persona mediocre está siempre en su mejor momento’…”.

“¡Anjá!… eso es lo que yo te quiero decir!”… murmuró Tomasito… “La mediocridad, como tabú, tiene que ver con cierto relativismo… Si nada es inferior, nada se puede descalificar. Si todo hombre común es un líder en potencia, no puede haber mediocres: solo etapas en el camino de la superación personal…”.

“¡No me jodas!”…explota Píndaro… “Yo soy Helleriano… Ese tiguerazo sí sabía como escribir para todos… una vez dijo que ‘en esta vida algunos hombres nacen mediocres… otros logran mediocridad… y a otros la mediocridad les cae encima’… Y, como a mí no me ha caído encima, los que así me llaman…¡están simplemente proyectando su condición!

“¡Protesto! Porque… ¡mis amigos se dicen dominicanos y siguen tirando papeles y vasos plásticos al suelo… en plena calle… en lugar de recogerlos y botarlos a los zafacones!… ¡Protesto! Porque… ¡no hemos sido capaces de iniciar aprendiendo nosotros para, luego, mostrar a nuestros hijos que la luz roja se respeta!… ¡Protesto! Porque… ¡nuestra generación se ha beneficiado poco… y ha beneficiado mucho a unos pocos… y lo hemos permitido!… ¡Protesto! Porque… ¡nuestras palabras no han aprendido a verse empeñadas en causas nobles.. sino que hemos querido ser nobles sin causa! … ¡Protesto! Porque…¡sin darnos cuenta hemos convivido en el medio…pero no hemos aprovechado las ventajas de lo mediano, promedio, intermedio, medianero… para hacer lo posible por mediar y llegar a lo excelente y bueno!… ¡Protesto! Porque… ¡nos han estigmatizado con vulgaridad, mezquindad, adocenamiento, medianía!“

“El gran Aristóteles definió ‘la virtud’ como el justo medio entre dos extremos… Pero, pienso yo que la mediocridad para muchos significa ‘lo mismo’… Quizás, es alimento para la vigencia de una paradoja en la cultura de un intento más de conseguir nuestro progreso… Aspiramos a una excelencia cada vez mayor en las personas… Entonces, nos preguntamos: ¿Cómo encontrar la reconcialiación entre igualdad y excelencia? El gran Diderot, en su tratado ‘El sobrino de Rameau’, nos dejó un pensamiento que se las trae… ‘Si todo en este mundo fuera excelso, nada lo sería’…

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