BRISBANE. La legislatura de un estado de Australia pidió el jueves disculpas a cientos de hombres condenados hace décadas por tener relaciones homosexuales, en momentos en que el gobierno presenta una propuesta para borrar sus antecedentes penales.
La gobernadora del estado de Queensland Annastacia Palaszczuk expresó el arrepentimiento oficial a aquellos afectados por la prohibición contra el sexo homosexual que fue derogada en 1990.
Una vez que sea aprobada la legislación, Queensland se sumará a otros tres estados y a la capital del país en eliminar el prontuario policial para aquellos condenados por tener ese tipo de relaciones, que ya no son ilegales en ninguna parte de la nación. Dos estados y un territorio aún no lo han hecho.
“Ustedes han sido ofendidos y vilipendiados, y por ello les expreso nuestro profundo arrepentimiento por el dolor que han sufrido”, dijo Palaszczuk ante la Asamblea Legislativa.
“Al criminalizar la actividad homosexual entre adultos responsables, la Asamblea Legislativa de este estado deshonró a sus ciudadanos e institucionalizó el prejuicio y la discriminación”, agregó.
Alan Raabe fue sentenciado de agresión sexual en 1988 por lo que él dice fue un acto homosexual entre adultos con consentimiento, y el jueves estuvo en la Legislatura para escuchar la disculpa oficial.
Raabe, hoy de 63 años, dijo que su anhelo de ser maestro quedó frustrado por ese caso judicial, pero se expresó contento de ver que finalmente su prontuario policial ha sido borrado.
“Es como si se disipara una nube que se cernía sobre mí, como que al fin alguien me prestó atención”, expresó Raabe.
Aunque la homosexualidad ya no es un delito, los convictos aún deben revelar el registro penal a cualquier empleador potencial en caso de buscar trabajo en el sector público, en el sector educativo o en el de cuidado infantil.
Bajo los cambios, que con seguridad llegarán a ser ley, un hombre podrá solicitarle al Departamento de Justicia que sea eliminada su condena por “indecencia pública”.
Queensland es ampliamente considerado el estado más conservador de Australia. Allí, los actos homosexuales conllevaban una pena de 14 años de cárcel y la policía del estado era notoria por el ahínco que le daba a arrestar y abusar de la comunidad gay.
A finales de la década de 1980, el gobierno de Australia amenazó con llevar a tribunales a la gobernación de Queensland ante versiones de prensa de que agentes encubiertos estaban entrando a baños públicos y ofreciendo tener relaciones homosexuales con hombres a fin de arrestarlos, y de presentar cargos contra parejas homosexuales por tener relaciones íntimas en su hogar.