Una gran inquietud provocó entre los importadores un anuncio publicado ayer en el que se advierte que para el cobro de la comisión cambiaria será exigida la entrega del recibo de compra de divisas emitido por un intermediario cambiario autorizado por la Junta Monetaria.

Se explicó que tal como fue publicada, la medida implicaba la eliminación del crédito de suplidores de los bancos y de las navieras, que reciben los importadores.

Consultado sobre el particular, el presidente de la Asociación de Almacenistas Importadores, Domingo Espinal Collado, dijo que los importadores no pueden prescindir de esos créditos, y que al país tampoco conviene, porque eso significaría que los importadores tendrían que lanzarse al mercado a buscar dólares para pre-pagar sus importaciones, lo cual afectaría negativamente a la tasa de cambio.

Aunque la publicación aparecía como hecha por la Dirección General de Aduanas como dependencia de la Secretaría de Estado de Finanzas, a importadores que se acercaron al organismo recaudador se les informó que el anuncio había sido hecho por Finanzas sin previa coordinación con los colectores de las diferentes aduanas del país. Las colecturías se manejan en base a normas y resolucionnes de la Dirección General de Aduanas.

Se explicó que por eso razón ayer se operó de manera normal, sin tomar en cuenta el aviso hecho público, en el cual se establecía que la medida se haría efectiva a partir de su publicación.

Se explicó que con la decisión de las aduanas de seguir operando normalmente se evitó afectar las recaudaciones.

Espinal Collado dijo que los miembros de la asociación que dirigen no han cesado de llamarle, inquietos por la medida y ansiosos de obtener informaciones en el entendido de que el anuncio no es lo suficientemente explícito y completo.

Espinal Collado aclaró que los importadores no se niegan a cumplir con trasparencia que exijan las autoridades en sus transacciones cambiarias, y que están dispuestos a colaborar con ese objetivo, pero no acosta del crédito que reciben de los suplidores y de las navieras para los fletes.

Favoreció que la administración establezca un reglamento para los importadores habituales, de bajo riesgo, de manera que a éstos se les acepten cartas de compromiso, de que una vez realizada la transacción de divisas suministrarán los recibos correspondientes.

Consideró que hacer lo contrario podría traer retraso y que surja un cuello de botella en los puertos.

Consideró que no quiere pensar que lo que se está planteando es volver a los formularios C-1, mediante los cuales los importadores solicitan al Banco Central a través de un banco comercial la autorización para el pago de las importaciones, para los fines del pago de la comisión cambiaria.

Consideró que esto sería un retroceso, ya que la comisión es ahora pagada en Aduanas, no en el Banco Central, como era antes.

Se recuerda que el sistema de los formularios C-1 fue cuestionado por el retraso en que se incurría para el pago de las importaciones, además de que hubo casos en que se denunciaron privilegios en favor de unos importadores, en perjuicio de otros.