Provocó cambios y buscó unidad

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CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- Juan Pablo II, el papa que contribuyó a la caída del comunismo, buscó la reconciliación ecuménica y recorrió el mundo para difundir sus ideas teológicas, sociales y morales, falleció ayer a los 84 años de edad. Karol Wojtyla murió a las 21.37 hora local (19.37 GMT) en su apartamento privado del Vaticano.

Su funeral solemne se celebrará en la Basílica de San Pedro no antes del próximo jueves.

El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, anunció el fallecimiento pocos minutos después de las 22.00 horas (20.00 GMT).

«El Santo Padre ha fallecido esta tarde a las 21.37 horas en su apartamento privado. Se han puesto en marcha todos los procedimientos previstos en la Constitución Apostólica »»Universi Dominici Gregis», promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996″, decía la declaración oficial.

La muerte del Papa fue comunicada a los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro, que la acogieron con profundo pesar y lágrimas.

A los pocos minutos, se escucharon doblar las campanas de la Basílica de San Pedro, como manda el ritual.

Según anunció el arzobispo argentino Leonardo Sandri, «número tres» del Vaticano, el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, oficiará el domingo a las 10.30 horas (08.30 GMT) una misa en la plaza de San Pedro por al alma del papa Juan Pablo II.

La norma establecida en 1996 por el propio Juan Pablo II precisa que los funerales por un Papa tienen lugar entre cuatro y seis días después del fallecimiento.

En los dos días precedentes al del funeral el cadáver será expuesto en la Basílica Vaticana.

Es previsible que decenas de miles de personas desfilen por el templo para rendir homenaje a quien ha dirigido la Iglesia católica durante algo más de veintiséis años.

Asimismo, al funeral asistirán personalidades de todo el mundo, que convertirán Roma en la capital internacional.

Las exequias se celebrarán durante nueve días consecutivos (los «novendiali»), a partir de mañana domingo, y en todos ellos tendrán lugar ceremonias religiosas para honrar al difunto Pontífice.

Con posterioridad, entre el día décimo quinto y el vigésimo tras la muerte del Papa empezará el cónclave para elegir al sucesor de Karol Wojtyla.

La muerte de Juan Pablo se ha producido en la vigilia de la festividad de la Divina Misericordia, instituida por él mismo para honrar el culto impulsado por la santa polaca Faustina Kowalska, de la que el Pontífice se considera un discípulo.

Horas después de anunciarse la muerte, decenas de miles de personas, unas 100.000 según fuentes municipales, se congregaron en la Plaza de San Pedro del Vaticano y sus aledaños para expresar su dolor y su pesar por la muerte del papa Juan Pablo II.

En el momento del anuncio de la muerte, miles de personas participaban en el rezo del rosario, que se reinició poco antes de la medianoche, después de hubieran sido interrumpido para celebrar un responso.

La noticia del deceso del Papa fue comunicada a los fieles en la Plaza de San Pedro por el arzobispo argentino Leonardo Sandri, y posteriormente el secretario de Estado vaticano, cardenal Angelo Sodano, invitó a la multitud a rezar por Karol Wojtyla.

Casi de forma simultánea comenzó a tocar a muerto la gran campana de la basílica de San Pedro del Vaticano.

Desde ese momento, empezaron a llegar del mundo entero declaraciones de pésame de jefes de Estado y de Gobierno, de Reyes y de personalidades de todos los ámbitos y confesiones.

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