Proyección industrial hacia el comercio exterior

Proyección industrial hacia el comercio exterior

POR JOSÉ LUÍS ALEMÁN S.J.
Dos  reglas no escritas pero muy practicadas cuando uno recibe una invitación, muy gentil por cierto en este mi  caso,  a  conferenciar a un auditorio de equipo ajeno,  son: hablar de aquello en que uno disfruta de cierta ventaja comparativa (o sea de lo que tal vez los conferenciados sepan menos que uno) y  tratar temas interesantes a sus escépticos  oyentes.

Como economista les hablaré de las tendencias de la economía global. Siendo Ustedes estudiantes o profesionales de Ingeniería Industrial en una sociedad en la cual han entrado en crisis muchas empresas que antes demandaban -y pagaban- sus servicios, supongo que les gustará oír mi parecer sobre cómo crearse uno su propio empleo.

 Ojalá  mi interpretación de las dos reglas citadas al comienzo me ayuden a salir con bien, yo y ustedes, de esta aventura.

1. Tendencias económicas globales

Carlos Marx en su intento de definir y explicar los grandes cambios históricos  de la producción e intercambio de bienes los  atribuyó a la aparición secular de profundos cambios tecnológicos que obligaban a los actores económicos a variar la rutina productiva y social. En su vocabulario a forzar la sociedad a nuevos “modos de producción”  palabras que resumían combinaciones diversas de tecnología-producción-relaciones sociales-instituciones culturales.

       Lo esencial en esta concepción de los modos de producción se resume en la prioridad temporal y causal de la tecnología o modo de producir e intercambiar bienes.

        Basado en este presupuesto tecnológico paso a presentarles el estado actual  de la discusión sobre las etapas del desarrollo. Expondré primero la concepción del Foro Económico de Davos presentada por su economista jefe López-Claros y después la distinción entre el tipo de empresas dominantes actualmente.

1.1 Las etapas del desarrollo según López-Claros.

López Claros distingue tres etapas.

En la etapa inicial muchos países en desarrollo incapaces todavía de producir tecnologías nuevas y de adquirir o  utilizar las dominantes en países industrializados dependen en su evolución  de sus propios recursos naturales (calidad de tierras, minas, playas, clima, cercanía a grandes mercados) y de bajos costos de la mano de obra y consiguientemente de productos de gran intensidad de mano de obra y poco capital. La tecnología aplicada es más bien tradicional, ganada en el campo y en los talleres por el ejercicio práctico de las tareas imprescindibles para la supervivencia, que va siendo mejorada lentamente  por “trial and error”. La tecnología avanza a través de la observación y de la producción con poco aporte científico. Hablamos del learning by doing.

La experiencia histórica nos dice que al irse formando capitales apreciables en las actividades primarias productivas y mercantiles y al multiplicarse las relaciones con el exterior ocurren dos fenómenos: educación escolar generalizada orientada a conocer resultados logrados “a nivel mundial”   e importación de capital físico que incorpora tecnologías producidas por investigación científica y no solamente por el learning by doing. Las posibilidades de incrementar la producción y de crear mayor valor agregado con qué pagar salarios y beneficios exige producir bienes de calidad. Calidad tecnológica y presentación, ya no bajos precios, caracterizan esta etapa.

 La tercera etapa se inicia cuando un país comienza a producir nuevos productos con nuevos procesos tecnológicos de producción. La educación y la empresa se orientan a la innovación (no necesariamente a grandes descubrimientos) y no a la simple producción estandardizada de bienes de calidad. La innovación aparece como única vía de crecimiento de ingresos.

 Las tres etapas del desarrollo pueden resumirse en competir con bajos precios, con calidad, con nuevos productos.

Las personas no entrenadas en historia económica creen que este camino tecnológico no es necesario y que puede detenerse a condición de que exista una férrea voluntad política y una represión de ingerencias extranjerizantes. Cuba, la de Fidel, por ejemplo, Error nacido de ignorar el papel que la competencia juega en la sociedad.

Me explico. Un empresario puede estar muy claro en su voluntad de no innovar lo que produce, sea en la agricultura, en los servicios o en la industria pero, si otra empresa en o fuera del país ofrece nuevos y mejores productos y sabe comercializarlos, experimentará una disminución creciente de la demanda de su producto. O innova, o vende su empresa o quiebra. Basta que en la sociedad global se den innovaciones y voluntad de venderlas para obligar al cambio. Nos guste o no, sólo las prohibiciones efectivas, a la larga muy difíciles de mantener, pueden frenar el desarrollo descrito.

Expuestas las etapas del desarrollo conviene preguntarnos en cuál está República Dominicana.  Además de la experiencia propia los indicadores de competitividad del Foro de Davos nos recuerdan que  ya no estemos  en la primera etapa de desarrollo económico, la de precios bajos, sino en la segunda, la de la calidad, todavía no plenamente alcanzada, pero en los umbrales de la de innovación. En los países centroamericanos del DR-CAFTA  Costa Rica ha entrado ya en esta etapa superior, El Salvador y nosotros nos asomamos a la etapa de innovación.

  Aquí es imperativo referirnos al papel de ustedes ingenieros industriales entrenados en conjugar tecnología y rentabilidad.  ¿Estamos preparados imperfectamente, la realidad económica será la prueba definitiva, para innovar además de para administrar? Ensayemos la respuesta distinguiendo entre gestión estratégica y administración de recursos dados.

  Hablamos de gestión estratégica cuando tomamos decisiones de gran monta y cambio para conseguir objetivos a largo plazo. En la actualidad algunas decisiones ejemplifican la sustancia de la gestión estratégica: ¿Vendemos la empresa? ¿Vendemos una o dos divisiones de ella? ¿Compramos empresas que compiten con nosotros o que producen bienes complementarios o sustitutivos  de los nuestros? ¿Cambiamos de fuentes de financiamiento? ¿Queremos expandirnos en mercados distintos de los habituales? ¿Cambiamos nuestra tecnología habitual?  ¿Prescindimos de tareas que hemos estado haciendo dentro de la empresa: mantenimiento, limpieza y vigilancia, análisis estadísticos, mantenimiento de computadoras y equipos de oficina, publicidad, mercadeo, investigación … para trabajar en red con empresas especializadas en esas tareas buscando mantener bajo nuestra administración sólo aquello en que tenemos ventajas comparativas?

 Por administración, en cambio, designamos la muy importante tarea reaumentar  rentabilidad en el manejo de equipos, mercadeo, logística  y financiamiento  disponibles. Tareas diarias de muchas empresas dominicanas y extranjeras en  y fuera de nuestras zonas francas.

 Casi todas nuestras empresas formales ya establecidas más que de gestión estratégica se ocupan de  administración. Esta debilidad resulta de la todavía  pequeña escala de ellas, de su poder cuasi monopólico y/o del carácter insular de nuestro visión del mundo geográfico y económico. 

En cambio quienes inician una empresa sobe todo informal, quienes producen su propio empleo, son especialistas en gestión estratégica. Estoy seguro que en adelante ésta tendrá que ser la principal herramienta que usarán los ingenieros industriales.

1.2 La empresa dominante en una economía de innovación

a) Hasta hace veinte años se hablaba de la “multinacional” como de la empresa dominante a nivel global. Por  multinacional entendíamos empresas gigantescas  que producían con la misma tecnología productos (General Motors, Ford…) o  equipos (Bosch, Delphi…) tales  como  sistemas eléctricos,  neumáticos, frenos, motores, telares… tanto en sus países de origen como en otros a los que tenían que trasladar la producción por dificultades de transporte, cercanía de materias primas, mano de obra barata o restricciones proteccionistas de importaciones.

   Generalmente las técnicas productivas eran las mismas  en los países de origen y en los huéspedes aunque  en los primeros se realizaban tareas de investigación y desarrollo y las fábricas eran de tecnología más moderna. Las empresas eran industriales más que de servicios y sus productos estandardizados y no de punta. Caricaturizándolas parecían clones técnicos de un mismo original.

b) La empresa global moderna  difiere de la clásica multinacional en muchos aspectos tanto técnicos como económicos. Como ustedes saben la división del trabajo ha avanzado prodigiosamente facilitando su continua innovación, los costos del transporte marítimo y aéreo han bajado apreciablemente mientras que el monitoreo de la calidad, la información y la financiación abarcan prácticamente todos los países del mundo.

La gran misión de la gestión estratégica consiste en elegir  el lugar del mundo que ofrece mejores perspectivas a mediano, más bien corto, plazo para la producción y ensamblaje de los principales componentes de los productos y servicios. Para la administración queda la difícil tarea logística de coordinar en tiempo y magnitud la entrega de partes compaginables entre sí.

 Estas empresas cultivan la “magritud”, la eliminación de  “grasa” en el tejido empresarial mediante renuncia de actividades a favor de la construcción de redes con otras empresas superespecial izadas, tal como expuse al tratar de la gestión estratégica.

2. Proyección industrial hacia el comercio exterior

Desarrollaré este tema, me parece que central en la invitación que me hizo el  Comité de estudiantes de Ingeniería Industrial,  en dos direcciones: conveniencia de una “marca” para los Ingenieros del país y pistas que la Economía para Negocios  ofrece.

2.1. La marca o la subcultura del ingeniero.

El primer reto en el nacimiento de  una empresa  lo presenta el diseño de una “marca” -logos o símbolo- creíble y con capacidad real de estimular la demanda.

La marca tiene que resaltar las competencias que ofrece una empresa. Existen dos grupos de competencias: las “profesionales” o conocimientos y habilidades técnicas acumuladas por  la empresa  y las que resultan de la inclinación interna de sus miembros  a comportarse de un modo determinado.

Creo que un ejemplo preciso más que una elucubración intelectual mostrará qué entiendo por competencias como inclinaciones internas.

En el año 2004 leí un estudio  de Hofstede y otros sobre las diferentes subculturas profesionales de ingenieros europeos de Francia, Holanda y Alemania. Los pensum universitarios de las carreras de ingeniería de estos tres países eran tan similares que las diferencias entre ellos por competencias profesionales o académicas eran mínimas.

 Más fecundo resultó el enfoque por culturas: conjunto de valores, conductas y sistemas simbólicos apreciables en el ejercicio profesional de los ingenieros de los tres países. El estudio reveló que los ingenieros franceses daban máxima prioridad a la comprensión y solución científica  de problemas, los holandeses a la rentabilidad de las operaciones y los alemanes a la calidad técnica de los productos. Obviamente la subcultura científica francesa obedece menos que la alemana y mucho menos que la holandesa a las exigencias de una economía de mercado.

Una buena “marca” tiene que ser objetiva para resultar creíble. Los ingenieros de cada uno de esos países debieran resaltar su mayor fortaleza.

 La existencia de estas distintas subculturas en el ramo obligan a preguntarnos sobre el objetivo predominante de nuestras carreras. Me sospecho que también en el interior de República Dominicana, en sus diferentes universidades, existen rasgos diferenciales de las tres subculturas de ingeniería halladas en Europa: la llamada concepción científica, la rentable y la técnica. Es probable también que en nuestra tradición universitaria se conceda prioridad a la amplitud de conocimientos propia de una subcultura renacentista.

 Otro ejemplo de competencias como inclinaciones. Como la adquisición de estas competencias es resultado de un proceso de socialización de la persona en diversos grupos humanos -familia, barrio, escuela, empresa- nos interesa saber su orientación primaria. No me atrevo a formular mis apreciaciones para todas ellas. Sobre la socialización de competencias en la universidad y en el empleo quiero presentarles mi seguramente unilateral y precientífica opinión.

En general  nuestras universidades enfatizan la competencia profesional o técnica y tienden a dejar la formación de competencias por inclinación al gusto de cada estudiante o sea a las de la familia y barrio en el que fue socializado. Como hipótesis exploratoria sugeriría que en esa socialización el valor de la carrera  se caracterizaría en muchos casos por su capacidad para producir a corto plazo alta rentabilidad personal con poca consideración a las necesidades del país y al respeto por derechos o intereses ajenos a la familia.

 Me atrevo a suponer que entre estudiantes de ingeniería industrial, en Alemania se la llama “ingeniería económica” (Wirtschaftasingenierie), Obviamente habrá excepciones muchas en las que se valora la calidad y hasta la dificultad.

  La indefinición frente a estas competencias por inclinación de la formación universitaria dominicana resalta cuando se la compara con las aspiradas por la famosa Universidad del Pacífico de Lima, Perú, que muchas veces ocupa en América Latina el primer lugar en el “ranking” de las carreras de administración-contabilidad-economía. Dice su publicidad para admisión: “La Universidad del Pacífico aspira a que sus egresados cuenten con una formación humanista e integral que afirme:

                                   Razonamiento lógico
                                   Expresión clara
                                   Conciencia ética
                                   Ciudadanía responsable”

Obviamente las palabras son más fáciles  que los hechos particularmente si aquellas vuelan por las estrellas: Resulta fácil mentir sobre las estrellas. Pues ¿quién ha de ir a preguntárselo a ellas?

        Mi objetivo al tratar sobre la conveniencia de una “marca” creíble de servicios de ingeniería para la exportación es invitarlos a profundizar sobre su posible ventaja comparativa en e los mercados externos.

2.2 El proceso de decisiones para la exportación de servicios industriales

a) El economista invitado a impartir un  curso a no economistas -administradores, abogados o ingenieros-  enfrenta el dilema de elegir entre un método deductivo y otro inductivo.

 En el deductivo, el preferido por los economistas, suponemos: a) simples y bastante sugestivos  axiomas, por ejemplo toda decisión económica se orienta a maximizar la utilidad del actor;  b) palpables aplicaciones prácticas;  c) susceptibles de matematización. Por ejemplo el productor mejora la utilidad de sus decisiones si  el costo adicional implicado en la decisión de aumentar cuantitativamente un  paquete de insumos es menor que el del incremento del valor de la producción, y otros por el estilo.

El método inductivo arranca de un estudio empírico de la conducta del agente económico y acepta consideraciones psicológicas e institucionales para proponer “reglas” sencillas de prioridad en las decisiones y en la aplicación de medios de ejecución. Ejemplo: la decisión de comprar un carro de determinada marca se basa frecuentemente en la satisfacción obtenida de previas experiencias personales o en las recomendaciones de amigos.

A mí me parece evidente que ambos métodos, el más típico de los economistas y el inductivo psicológico-institucional de los mercadólogos, se complementan en la práctica.

b) En ese espíritu les propongo unas pocas reglas de juego seleccionadas de un menú presentado por Earl  (Microeconomics for Business and Marketing):

1. Busque información relevante para emprender un nuevo negocio o para ofrecer un nuevo producto

2. Infórmese por Internet y a nivel global sobre el potencial producto de exportación: ¿es de producción o uso complicado?

                          ¿está protegido por patentes?
                          ¿se presta a una mayor división del trabajo?
                         ¿en qué etapa en el ciclo de vida se encuentra el producto?
                          ¿es sensible a cambios de precios e innovaciones 
                            tecnológicas?
                          ¿qué bienes son competitivos o complementarios?      

3. Infórmese sobre proceso de producción: 
                                ¿supone nuevas habilidades y conocimientos?
                                ¿qué posibilidades y ventajas hay de subcontratación?
                                ¿cuáles son los potenciales competidores?
                               ¿hay perspectivas de alzas de precio de los insumos?

4. Potencial demanda externa

5. ¿Conviene subcontratar el mercadeo y publicidad?

6. Evaluación financiera del proyecto

c) Observaciones sobre la conveniencia de formar un equipo interdisciplinar.

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