El presidente de la comisión de Interior y Policía del Senado, Julio César Valentín, informó ayer que entre los cambios a introducir al proyecto de reforma policial figura el establecer como un delito el tráfico de influencia para los ascensos a favor de determinados agentes de la institución del orden.
El congresista dijo que es una práctica frecuente que dirigentes políticos sugieran elevar de rango a los militares bajo su servicio o de algún familiar. Lo ideal es que ningún político tenga que mandar una nota de recomendación. Nosotros estamos estableciendo que esto sea un delito, dijo el representante legislativo por la provincia de Santiago.
Asimismo abogó para que los agentes policiales sean mejor pagados y bien entrenados. Calificó como una vergüenza para el país que altos oficiales sirvan de choferes a gente adinerada, realidad que, adelantó, será enfrentada en el proyecto de reforma policial. Entre otros aspectos el proyecto contempla un nuevo régimen de declaración jurada de bienes para oficiales y personal administrativo, así como la publicación de estados anuales de rendición de cuentas por parte de la Policía.